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Japón y el milagro de la recuperación

En 6 días, el Gobierno reconstruyó una autovía clave para la reactivación del comercio y el abastecimiento de las zonas afectadas por el terremoto del 11 de marzo

(Río Grande, 23 de marzo de 2011) – Si bien Japón necesitaría cinco años para recuperarse de la catástrofe originada por el terremoto y tsunami que provocaron daños por 235 mil millones de dólares, optimiza su efectividad para reducir los tiempos. Una carretera totalmente destrozada fue hecha de nuevo sólo en seis días.

A menos de dos semanas del terremoto que destruyó la costa este del país nipón, la isla no mira hacia atrás y busca recuperarse de inmediato para recobrar su protagonismo económico, tanto a nivel nacional, como internacional.

Varias ciudades comenzaron a activarse gracias a la venta de los pocos productos que llegan desde los alrededores a la costa del país. A pesar de haber perdido todo, hasta los locales, los comerciantes buscan reavivar el flujo de productos, hasta sin efectivo.

Para acelerar aún más esta recuperación, resulta imprescindible reparar las vías para permitir el reinicio del transporte y así terminar con las zonas desabastecidas.

Este jueves, la reapertura de una de las principales carreteras del noreste de Japón dio impulso al reparto de ayuda en las zonas sacudidas por el sismo, que luchan por recuperar una relativa normalidad con la ayuda de miles de voluntarios.

También se reabrieron al tráfico los 300 kilómetros de la autopista Tokohu, que conecta Tokio con las áreas más afectadas por la tragedia.

Esta vía atraviesa ciudades como Sendai, cuyo aeropuerto, con la pista totalmente inundada y sepultada por escombros, se convirtió en una de las imágenes de la destrucción causada por el tsunami.

El aeródromo ya está limpio, y su pista, operativa para helicópteros y aviones de las Fuerzas niponas de Autodefensa (Ejército), que trabajan con la ayuda de la Séptima Flota de los Estados Unidos en Japón.

Con 18 mil casas destruidas y más de 130 mil edificios dañados, sobre todo en la costa noreste, los equipos de emergencia han habilitado unos 2.000 refugios en lugares como escuelas o gimnasios, donde se concentran más de 200 mil evacuados.

Las zonas asoladas se esfuerzan por volver poco a poco a la normalidad: a muchas de ellas ha vuelto ya la electricidad y algo de gasolina, y en algunas se han instalado bancos móviles para brindar servicios financieros a las víctimas.

Mientras prosigue la ayuda sobre el terreno, el Gobierno prepara leyes especiales para acelerar la reconstrucción, que incluirán medidas como eximir de impuestos a los supervivientes de las zonas más afectadas por la catástrofe, según la agencia local Kyodo.

De acuerdo con cifras oficiales, en Miyagi hubo 5.714 muertos; en Iwate, 2.939 y en Fukushima, 812, mientras que los desaparecidos se cuentan por varios miles.

Algunos residentes de Fukushima denuncian que su tragedia ha quedado ensombrecida por la crisis en la planta de Daiichi, foco de emisiones radiactivas tras quedar gravemente dañada por el tsunami del día 11.

En críticas que recoge este jueves la agencia Kyodo, aseguran que los militares se han centrado más en las tareas de evacuar los alrededores de la central, que en buscar a los numerosos desaparecidos.