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En la Argentina, Internet ya se sube a los automóviles de la clase media

Las concesionarias ofrecen coches chicos con conexión. Las automotrices y las empresas de software trabajaron en conjunto y ya lograron que muchos modelos de autos tengan Internet. Para qué sirve estar conectado a bordo.

El Agile de Chevrolet ofrece,como promoción, internet por un año

Internet ha ganado territorio en casi todos los aspectos de la vida cotidiana, aunque hasta ahora seguía lejos de meterse en los autos. Pero en materia de avances tecnológicos todo es cuestión de tiempo. Las automotrices y las empresas de software trabajaron en conjunto y ya lograron que muchos modelos de autos tengan Internet. Con este avance, se podrán aprovechar las ventajas de la conexión permanente.

Por cómo vienen los desarrollos actuales, lo más novedoso es que Internet no solo es un equipamiento que incorporarán los autos más exclusivos, como sucede la mayoría de las veces en que una nueva tecnología llega a la industria automotriz, sino que está presente en modelos de gama media. Y se espera que también esté en los más populares. Una incorporación democrática, fiel al concepto de Internet en la computadora.

En Argentina ya hay un primer modelo con Internet a la venta. Es el Chevrolet Agile, que cuesta $ 73.000 y que incorpora una conexión provista por Movistar con un año de duración. Por ahora se lanzó como una edición especial, aunque es esperable que de a poco se vaya incorporando al resto de la gama. Funciona de manera similar a los puertos USB de conexión portátil.

Una variante precursora de lo que será Internet en los autos es la que trae el modelo Fiesta, de Ford, que también se vende en Argentina, desde $ 80.000. Con la tecnología “Sync”, desarrollada junto a Microsoft, permite administrar las funciones del teléfono celular y que un comando de voz lea los mensajes de texto que llegan al teléfono.

En la feria de tecnología CES, que se celebró en Las Vegas en enero, Ford anunció que para el año 2015, el 80% de sus vehículos estarán equipados con Internet. Una evolución del sistema Sync que se vende en el Fiesta aquí, que permitirá tener Wi-Fi y conexión para todos los dispositivos que puedan estar en el auto, como tabletas digitales o celulares. El sistema también se ofrece en los vehículos de las marcas subsidiarias de Ford, como Mercury y Lincoln.

Además de Ford y Chevrolet, Chrysler –otra de las grandes automotrices estadounidenses– ya ofrece la opción de equipar a sus autos con Internet.

Las posibilidades que brinda la red en los autos no tienen nada que ver con lo que se puede hacer en la computadora de casa o de la oficina. No hay que imaginarse un monitor en el tablero, con Google esperando recibir una búsqueda.

Las ventajas de tener Internet en los autos tienen que ver con el entretenimiento (música, películas, juegos) y también con los servicios que da la posibilidad de una conexión. Por ejemplo, se pueden actualizar los mapas del navegador satelital, o tener mapas de una ciudad a la que vamos a viajar.

Por la posibilidad de tener conexión, se pueden bajar películas o verlas online mientras se realiza un viaje. Además el estado de Facebook se actualiza automáticamente cada vez que llegamos a un nuevo lugar. También se puede aprovechar la conexión que nace del vehículo para los teléfonos inteligentes de los usuarios.

Por ejemplo, el Hyundai Veloster, un modelo que va a llegar a la Argentina este año, tiene un sistema de diagnóstico online si es que el auto tiene algún problema mecánico. Y por supuesto, a través de la conexión a Internet se pueden ubicar cuáles son los puntos de asistencia más cercanos.

También se podría especular que los autos no necesitarán de un estéreo tal como lo conocimos hasta ahora. Gracias al sistema de streaming, el usuario podrá elegir la música online desde un sitio de Internet, o bien sintonizar radios de todo el mundo.

Y un punto clave, que seguramente se empezará a usar en el futuro, una vez que el sistema se haya masificado y esté en todos los autos: la conexión instantánea entre autos equipados con la misma tecnología, con la utopía del tránsito inteligente como principal objetivo.

Por Diego Geddes – Clarín