“El Dakar, después de tres años, es una competencia sudamericana”, le dijo Lavine a Télam, cuando faltan pocas horas para que el rally más exigente del mundo vuelva a largar por tercera vez desde el Obelisco.
Prueba de que el Dakar cada año se afianza más en tierras sudamericanas se refleja en detalles como el humor del propio Lavigne, el más parco de la gran organización del Rally.
“Estamos muy contentos, porque en esta nueva edición tendremos una participación excepcional y será récord de pilotos del continente”, enfatizó Lavigne.
De hecho, habrá 85 pilotos argentinos, lo que convierte al país en la primera nacionalidad del Dakar , número que se traduce en “un cambio de ADN del Rally”, tal como lo definió Leonardo Boto, coordinador del IMPROTUR.
Un relajado y dispuesto al diálogo Lavigne insistió: “Vamos a tener 434 pilotos y eso es excepcional”.
A la hora de resaltar las virtudes del tercer Dakar sudamericano que se viene, Lavigne festejó: “Tenemos al público, tenemos los paisajes y tenemos a los pilotos del continente que año a año se van sumando”.
El francés no duda en dejar en claro que Argentina y Chile reúnen todos los condimentos que un Dakar necesita: “Aquí tenemos todos los tipos de terreno, las dificultades y cada paisaje brinda diferentes opciones para el pilotaje”.
Sobre el Dakar 2011, reveló que para la edición la organización buscó “un recorrido muy exigente, acorde a las dificultades que requiere la competencia”.
“Cada año se va haciendo más difícil, y en esta edición 2011 cada día que pase será más complicado y exigente para los pilotos. Tendremos un Dakar con dificultades el último día”, advirtió el máximo responsable de la organización.
Ante la consulta de Télam sobre el futuro de la competencia en Argentina y Chile después de tres Dakar y (ante los resultados positivos para la ASO, que lo organiza), Etienne dejó de lado el español para explayarse en su lengua natal.
“Analizamos otras opciones pero teniendo en cuenta a la Argentina y Chile”, aclaró para luego confirmar que “hay pedidos de Brasil, Paraguay y Perú”.
Lavigne aseguró que “organizar un Dakar es difícil, es todo un desafío y lleva tiempo, pero también es muy interesante, es parte del espíritu del rally. Brinda muchas oportunidades para nosotros y para los países, todos ganamos. Es un intercambio importante”, evaluó.
“Mi sueño –concluyó- es que el Dakar dibuje una gran sonrisa en América del Sur”. Llegar al tercer Dakar sudamericano es la prueba de que se puede realizar todo ese trabajo. Veremos”.