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Serrat brindó una noche de poesía y clásicos en Córdoba

Unas cinco mil personas fueron anoche a ver el show del «Nano» al Orfeo. El catalán presentó nuevo disco y repasó esos temas que nos sabemos todos.

Dos partes, dos poetas, dos Joan Manuel. Así fue anoche el espectáculo que trajo otra vez a Serrat al Orfeo Superdomo, donde cinco mil personas lo esperaban. La primera parte del espectáculo fue con las canciones de Hijo de la luz y de la sombra , su homenaje al poeta Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento. La segunda, un paseo por sus clásicos, himnos para sus seguidores.

Si algo definió al público fue su incondicionalidad. En la rampa, dos amigas comentaban a coro: “Venimos siempre, cada vez que él se presenta. Antes a última fila y ahora a la segunda, nos aburguesamos”.

Mientras repasaban cada concierto compartido, llegó la tercera del grupo, a la que presentaron así: “Ella es la que cuando todos quedan en silencio grita ‘¡Te amo, Nano!’”. La aludida asentía orgullosa. Antes de irse, se presentaron: Ana, Alicia y Ana, las trillizas más fieles Serrat.

Más atrás pasaba otro trío de amigas, médicas las tres, que celebraban su día y clamaban ser “Las novias de Nano”. “Sacamos la entrada hace días, hasta fuimos a la peluquería antes del show , no vaya a ser que justo nos mire y nosotras despeinadas”, contaba una.

Así, jóvenes, parejas, grupos de amigas se jactaban de asistencia perfecta a los shows del catalán. Apenas unos minutos después de lo previsto, dio inicio al espectáculo, con los poemas de Hernández. Serrat debe ser uno de los pocos artistas a los que el público cordobés aplaude de pie antes siquiera de que empiece a cantar.

Las letras del poeta, sobre su etapa en prisión y los años duros del franquismo tiñeron la primera parte del show de melancolía y oscuridad, aunque la música iluminó. Se escucharon canciones como El hambre ; Si me matan, bueno ; o la misma Hijo de la luz y de la sombra . También incluyó aquí canciones del primer disco que hizo sobre letras del poeta, en 1972, como Menos tu vientre y Para la libertad , que fueron las más celebradas por el público.

Tras un breve interludio, el músico volvió con esas canciones que se saben todos. Citó entonces ese “otro yo” que todos tienen, el hombre del otro lado, el Tarrés /Serrat de su carrera. Sinceramente tuyo se robó suspiros genuinos en el domo, cuyos asistentes aplaudían apenas reconocían los acordes de cada canción.

Siguieron La bella y el metro y Princesa , mientras Nano, de jean, saco sencillo y la voz de siempre, continuaba con un concierto que, a juzgar por los que ya presentó de esta gira, prometía continuar con los temas preferidos del repertorio del catalán más querido por aquí.

Fuente: La Voz