El sueño sudamericano viene con el retroceso europeo

Por primera vez en la historia, cuatro equipos del subcontinente se metieron en los cuartos de final de un Mundial. Un éxito que no es casualidad y que está acompañado de la floja actuación de algunos de los grandes.


«Parece la Copa América en Sudáfrica», dicen los hinchas. Por María Arce, enviada especial a Pretoria.



Muchos de los que crecieron escuchando a los cantantes que salían a caminar “por la cintura cósmica del sur” hoy ven realizado en Sudáfrica la realización de un sueño sudamericano. Estaba previsto por cómo se dieron los resultados y se anticipó hasta el cansancio, pero hoy se concretó con la victoria de Paraguay en los penales la llegada, por primera vez en la historia, de cuatro equipos sudamericanos a los cuartos de final de un Mundial.



Igualmente, sería un error decir que es la primera vez que hay cuatro equipos sudamericanos entre los ocho mejores. En Uruguay 1930, el local fue campeón, Argentina subcampeón, Chile quinto, Brasil sexto y Paraguay octavo. Pero el récord queda minimizado por las circunstancias particulares que rodearon a ese Mundial, donde hubo siete equipos de la región sobre trece participantes, a raíz del boicot de las potencias europeas. De esa parte del mundo sólo llegaron a Montevideo cuatro seleccionados y apenas uno, Yugoslavia, alcanzó las semifinales.



El éxito sudamericano tiene su contracara en el retroceso de Europa, que llegó con 13 representantes y sólo presentará a tres entre los ocho mejores. En Alemania 2006, por ejemplo, había tenido seis -y los cuatro semifinalistas-, en EE.UU. 94 tuvo siete y hasta había llegado a ocho en Italia 34, cuando once de los 16 equipos iniciales eran del Viejo Continente. Pero nunca tuvo, salvo el citado y particular caso del primer Mundial, tan poco peso en esta instancia.



El avance de los sudamericanos también está vinculado a caprichos -y no tanto- del fixture. Sobre cinco representantes, sólo dos de los países de la región (Brasil y Chile) se tuvieron que eliminar entre sí, mientras que entre los europeos por ejemplo chocaron en octavos dos grandes como Alemania e Inglaterra. ¿Casualidad? No tanto. Si los ingleses hubieran ganado su grupo habrían tenido que enfrentar a la mucho menos experimentada Ghana, que pasó a cuartos tras su victoria contra EE.UU. Y si Eslovaquia -que frustró a Italia- se quedaba con el grupo E, habría enfrentado a Japón y no a su vencedor Holanda.



Sudamérica tiene otra razón para soñar en este primer Mundial africano: en las 18 Copas del Mundo anteriores, el predominio del continente organizador había sido casi absoluto. Solamente en dos ocasiones el campeón fue un equipo que llegaba después de cruzar el océano y en ambos casos resultó el mismo: Brasil, en Suecia 1958 y Japón-Corea 2002. En caso de que los de Dunga no puedan confirmar ese predominio, hay en carrera tres vecinos que esperan ansiosos por heredar el trono en Sudáfrica.