“Ningún resultado será extraño: ni los dos que queden afuera ni los dos que se clasifiquen serán una sorpresa en un grupo tan parejo”. Hace unos días, el Maestro Oscar Washington Tabarez, DT de Uruguay, dio la definición exacta sobre lo que pasa con este grupo A, el famoso Grupo de la Muerte que nunca falta en ningún Mundial.
Este viernes no sólo comenzará a escribirse el capítulo 19 de las Copas del Mundo, sino que aparte se empezará a decidir la suerte de cuatro selecciones a priori muy parejas y que muy probablemente se encuentren en el camino de Argentina.
Es verdad: todos los partidos de un Mundial son claves. Pero el Sudáfrica-México que abrirá el certamen tiene un peso especial. Este jueves los dos equipos se entrenaron en el cuidado césped del Soccer City de Johannesburgo, donde todo ya está listo para funcionar a la perfección aunque la actividad de voluntarios y responsables de la organización es intensísima.
Para los locales, un buen resultado tendría un efecto doblemente positivo: ratificar su momento ascendente, que los muestra con un invicto de doce partidos desde el regreso de Parreira al seleccionado, y sacar una distancia importante con un rival directo.
Del otro lado, este México que sufrió en las Eliminatorias pero llega con el aliciente de haber vencido como visitante en un amistoso a Italia, se juega también una parada importante. En caso de una victoria, podrá mirar el futuro con algún alivio. Pero si no, tendrá el peso especial de precisar una recuperación nada menos que contra Francia y Uruguay. Parece una cuesta demasiado alta.
Más allá de lo futbolístico, hay un dato histórico que asoma para el partido de este tan esperado 11 de junio y que es lapidario en favor de Sudáfrica. Nunca en la historia el organizador de un Mundial perdió en su primer partido: hasta ahora, los anfitriones cuentan con 14 victorias y cinco empates -no sobra ningún numero: aunque hubo 18 Mundiales, en 2002 los locales fueron dos.
Por otro lado, y del otro lado del país también, Uruguay y Francia chocan en otro partido con muchísimo en juego. Los dirigidos por Tabares buscarán su primera victoria en Mundiales en 20 años -es cierto que en ese lapso sólo participaron en Corea-Japón 2002-, aunque otro dato histórico los respalda: en sus dos choques con Francia en Copas del Mundo, ganaron una y empataron la otra.
A los dos los une algo: llegaron al Mundial a través de repechajes y con sufrimiento en casa propia. Uruguay padeció en el Centenario ante Costa Rica y Francia necesitó de la bochornosa mano de Henry ante Irlanda en Saint-Denis.
El choque de Ciudad del Cabo, de todas maneras, parece más pesado para los franceses. Que a pesar de haber llegado como subcampeones del mundo arrastran crisis varias, incluido el escándalo sexual que involucró a Ribery pero también la pronunciada caída en el nivel de juego de, entre otros, Henry. Un golpe anímico en el primer partido parecería muy difícil de resolver en ese contexto.
Por si alguno todavía no miró el fixture en profundidad, es preciso llamarle la atención sobre la importancia que estos resultados tienen para la Argentina. En caso de clasificarse a octavos de final, la Selección enfrentará a uno de los clasificados de este grupo. Así que en este viernes en que la pelota paralizará al mundo, habrá un motivo extra para prestar atención a este momento que se hizo desear durante cuatro años.
Fuente: Federico Kotlar – Clarín