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SEMBLANZAS (XXXVI): De tinta somos

«Puede ser cobardemente anónima.
O emblemáticamente demostrativa de una crítica soberbia, llena de coraje e identidad…» Especial, por Jorge Daniel Amena para radiofueguina.com


SEMBLANZAS


Por Jorge Daniel AMENA (*)



De tinta somos




Desde el fondo de los tiempos la escritura cimentó reinos, abolió tiranos a golpe de pluma, se escribieron cartas apasionadas, manifiestos políticos, propagandas, renuncias indeclinables, y desafíos a sostener el honor batiéndose a duelo.


Que la palabra escrita deviene en inexpugnable, nos representa a través de nuestra vida y se impregna con nuestros estados de ánimo suelen ser grandiosamente elocuentes, o bien ruines y falaces.


Que fueron escritas sentencias de muerte, bulas papales, conjuros demoníacos e indultos.


Se pueden escribir historias de amor, de locura y de muerte.


Se puede escribir con tinta roja, azul verde; se puede escribir con sangre.


Se puede al terminar una misiva enviarla al receptor, o bien verla arder en el fuego.


Puede ser cobardemente anónima.


O emblemáticamente demostrativa de una crítica soberbia, llena de coraje e identidad.


O puede ser una pelotudez al galope.


Las escrituras pueden conllevar una amenaza real o improbable, una injuria, una calumnia, pueden ser onerosas o gratuitas.


Por amor al arte.


Por arte de magia.


Porque si.


Son signos impresos.


De humanidad, de espanto de calor, de frío o de hambre.


De mensajes en una botella, lanzados al torrente de la vida donde se pide auxilio.


Se escriben inmerecidos diplomas.


Leyes que no se cumplen.


Cumplidos que no se leen.


Sirve (ella, la escritura) para apuntar y pensar (y pensarnos) de cómo nos va en la vida.


Para escribir una canción, una poesía, una receta que te cura o una injusta acusación que te mata.


Decirnos y leernos y vernos escribiendo; porque eso somos y eso seremos.


Una partida de nacimiento escrita. Y otra que marca que fin, que ya está, que basta.


Y otras que sobrevendrán y dirán si es que valió la pena tanto fatigar.


Si es que estuvimos a la altura de la vida. O solo se pasó por el tubo.




(*) Escritor, Abogado Constitucionalista – ex Legislador provincial y Convencional Constituyente Nacional, colaborador permanente de la ONU para Asuntos de Africa.



(Se autoriza la reproducción, citando la fuente. Rogamos informar acerca de su publicación.)



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