La organización dispuso mesas y unas 1400 sillas que fueron ocupadas en su totalidad, lugar desde donde los agasajados siguieron de cerca los discursos de los únicos dos (Cóccaro y Velazquez) oradores.
Cóccaro en una parte de su discurso manifestó que cuando sea el intendente de la ciudad quien gobernará será el pueblo.
Por su parte Velázquez en su alocución manifestó a modo de crítica “hoy salen de sus escritorios todos aquellos que quieren ser candidatos, pero durante largo tiempo estuvieron lejos de los problemas de la gente”.