Los barras ya llegaron a Sudáfrica, son 300 y pertenecen a hinchadas unidas argentinas

Viajaron en febrero a organizar todo para el mundial. Alquilaron una escuela para dormir en Pretoria y 22 combis para los traslados. Llevan merchandising propio para vender. Pablo “Bebote” Álvarez, Emiliano Tagliarino y Diego Goncebate, los principales referentes de las barras bravas de Independiente, Huracán y Lanús, desembarcaron en Sudáfrica a fines de enero pasado.


Era la primera escala de un “plan mundial” que comenzó a gestarse en octubre del año pasado, cuando se fundó la polémica agrupación Hinchadas Unidas Argentinas que preside el puntero kirchnerista Marcelo Mallo (ver aparte).


Aunque ninguno de ellos pueda justificar el origen del dinero necesario para los gastos de semejante viaje, los principales referentes del tablón pararon en hoteles cinco estrellas de Johannesburgo, recorrieron Pretoria y organizaron la logística para que el próximo 9 de junio, entre 250 y 300 barras arriben a Sudáfrica para ver a la selección.


Según contaron a PERFIL, se instalarán en una escuela secundaria de Pretoria, ubicada a cinco kilómetros de la concentración argentina. Allí llegarán con colchones inflables, bolsas de dormir y frazadas, porque –aseguran desde HUA– “no hay camas para todos” y a la noche “refresca mucho”. “Nos habían propuesto alojarnos en un estadio de rugby, pero no nos servía porque no entrábamos todos. Será como ir de campamento”, cuenta Mallo en su oficina de Barrio Norte, donde recibe a PERFIL. Por cada día de alojamiento deberán abonar 11 dólares.


En la cuestionada expedición a Sudáfrica, los barras contrataron 22 combis que los llevarán a Johannesburgo y Polokwane, donde Argentina jugará contra Nigeria, Corea del Sur y Grecia.


“Cada una de las barras consigue los pasaportes, se hace cargo del costo del pasaje y las entradas”, aclara Mallo, quien no brinda demasiados detalles a la hora de explicar cómo se financian. “Se manejan con sus clubes –explica–. Ellos tienen sus negocios. Algunos, como Huracán o Independiente, colocaron sponsors en las banderas, como una forma más de recaudar”.


Pero no todo serán gastos, ya que allá tendrán varios emprendimientos que superan a las clásicas reventas de entradas. Venderán su propio merchandising: dos mil ceniceros de madera, cinco mil camisetas de Messi, mates con los escudos de las hinchadas y banderines de Argentina. De todo. Además, analizan la propuesta de una empresa para editar un libro con las fotos que sacarán en la tribuna durante los partidos.


Junto a “Bebote” Álvarez, Tagliarino y Goncebate –tres personajes de las tribunas con antecedentes por violencia en el fútbol– viajaron el dirigente Marcelo Mallo y los productores televisivos Bernabé Botte y Matías Sarasola, quienes planean grabar un documental tipo reality en el búnker de los barras.


Los cinco representantes de HUA fueron recibidos por miembros del área de turismo en Sudáfrica y hasta cenaron en la casa de Denis Lotta, la figura de la selección de Zambia, quien les presentó a dirigentes de fútbol y dueños de clubes locales. “Nos hizo buenos contactos. Y estuvimos presentes en un partido de fútbol oficial, donde entregamos plaquetas de Hinchadas Unidas Argentinas”, recuerda Mallo.


En principio, al Mundial viajarían cincuenta hombres de Independiente, treinta de Huracán, 12 de Gimnasia (“La 22”, que lideran Cristian “el Volador” Camilleri y Fernando “Torugo” Núñez) y diez de Godoy Cruz. También estarán los principales referentes de las barras de Lanús (conocida como “La 14”), Tigre, Argentinos Juniors, “Los Pillines” de Rosario Central con Andrés Bracamonte a la cabeza, Colón de Santa Fe y Atlético Tucumán.


Del ascenso se sumarán Gastón y “el Negro” Javier, los cabecillas de “La peste blanca”, como se autodenomina la barra brava de All Boys, y gente de Platense, Defensores de Belgrano, Los Andes, Quilmes y Tristán Suárez, entre otros.


Los miembros de HUA llegarán a tierra sudafricana el 9 de junio y más allá de la suerte de Argentina, se quedarán para ver la final. Pero la agenda de actividades de los barras no se limita a los partidos. Darán charlas sobre violencia en los estadios, y como algunos de sus miembros son profesores de educación física planean dictar clases de fútbol. “Queremos hacer una especie de intercambio cultural –destaca Mallo–. En un principio, íbamos a trabajar en la construcción de chozas. Finalmente decidimos que vamos a pintar una escuela”.



Por Leonardo Nieva/ Paulina Maldonado – Perfil