La 12 hace del superclásico un gran negocio

La barra brava de Boca ya puso en marcha su operativo: reventa de entradas, ingreso de turistas y administración de los estacionamientos; el objetivo es el financiamiento para viajar al Mundial de Sudáfrica


El día del superclásico es la jornada en la que la economía de la barra brava de Boca sonríe. La 12, como es conocida la hinchada, maneja una caja de dinero para afrontar viajes y movilizar gente a cambio del grito melódico de la tribuna con el mensaje más conveniente. En la liturgia del aguante, se sabe, La 12 cuenta como pocas con el respaldo y financiamiento que otras barras no tienen. Así es que su desembarco en Sudáfrica para la Copa del Mundo ya es casi un hecho.



La recaudación para la travesía mundialista comenzó hace ya un tiempo. Aunque encuentra su día de mayor ingreso en el superclásico. La reventa de entradas, el tour con extranjeros y el dinero del estacionamiento callejero hacen del partido con River un gran negocio.



Durante la semana, la segunda línea de La 12 se paseó por las calles de un barrio que el domingo alterará sus hábitos, convertido en un rincón trémulo y ruidoso. La misión de los muchachos de la barra es reclutar a turistas interesados en vivir la adrenalina del superclásico. Frente al Museo Boquense, en la parrilla La Glorieta de Quique, entre lomitos y choripanes, los barras murmuraban cifras de dinero, algunas en dólares.



Pasado el medio día del domingo, el punto de encuentro será el de siempre: la puerta de La Bombonerita. Desde allí marcharán arrastrados por un torbellino de empujones y excesos. Cruzarán por el playón de estacionamiento, y una puerta se abrirá y los dejará en la boca de entrada de la tribuna.



Antes, quizás, algunos turistas serán reunidos en la esquina de las calles Brandsen e Irala. Desde allí, siempre bajo la atenta de algún grupo de barras de la segunda línea, serán acompañados hasta los molinetes de ingreso.



La complicidad silenciosa con los hombres de la seguridad del club se grafica en órdenes casi imperceptibles, movimientos de cabeza, un gesto, una mirada. Pasó en otros superclásicos. Pasará en este.



El ahorro de dinero para afrontar los gastos del viaje a Sudáfrica se remonta a meses. Aunque durante este torneo quedaron en evidencia los mecanismos de recaudación.



En la 1era fecha con Argentinos Juniors, La 12 tuvo la colaboración de los efectivos de la comisaría 42a, la responsable del operativo de seguridad. Aquel domingo, Pablo Migliore y un grupo de 30 barras, encabezados por Maxi Mazzaro, el segundo de Mauro Martín en la cúpula, sortearon la valla policial por un costado mientras que el resto de los hinchas hacían una larga fila por el medio de la calle Boyacá.



El hincha común, ese día en la Paternal, como otros tantos en los que Boca juega de visitante, fue testigo de cómo los barras dominan los accesos y se apropian de las entradas para revenderlas en los alrededores del estadio. Es decir, dejan pasar a la gente a cambio del ticket. Así se retroalimenta un circuito oscuro.



En diálogo con canchallena.com, un ex dirigente de Boca explicó las otras fuentes de recaudación de La 12. «Se les da mil entradas por partido, venden ropa oficial y cobran viáticos del club cada vez que el equipo juega afuera».



En la tribuna xeneize ya se observan banderas argentinas con leyendas que proyecta a La 12 en Sudáfrica. ¿Será así? Tal vez. Más si los muchachos de las barras hacen del superclásico un gran negocio.