Cuando había pasadocasi un mes de aquello, una cuadrilla de obreros “acomodó” el enorme cúmulo de chapas y hierros junto a la pared del mismo edificio, aunque por su magnitud obstruye completamente el paso y ha inutilizado la vereda para la circulación de peatones.
Ni a las autoridades del IPV (que administra el complejo habitacional) ni a los funcionarios del Municipio (responsables de la limpieza de la ciudad) parece preocuparles en absoluto la peligrosa situación y -a tres meses vista- la montaña de escombros sigue siendo testimonio crudo de la desidia, el desinterés o la incapacidad de nuestros funcionarios.
Ese montón de chapas y hierros son elementos cortantes al alcance de los niños, y esto fue advertido varias veces por los vecinos a las autoridades, pero el riesgo mayor se puso en marcha este viernes, al punto de casi provocar una tragedia.
En medio de la gente que circulaba por el lugar, los vientos con ráfagas superiores a los 90 km/h hicieron levantar vuelo a algunas de las chapas, poniendo en riesgo mortal a peatones, especialmente niños, que pudieron ser alcanzados por verdaderos proyectiles.
Ante el llamado alarmado de los vecinos, una cuadrilla municipal se llegó hasta el lugar y amarró como pudo los escombros –bajo el fuerte viento- y allí quedaron, esperando que en cualquier momento la tragedia despierte a los funcionarios de su criminal desidia.
(Nota relacionada: Se volo el techo completo…)