Del Potro ya está en octavos de Australia

Juan Martín del Potro superó momentos de confusión en su juego y algunas molestias físicas para vencer al alemán Florian Mayer por 6-3, 0-6, 6-4 y 7-5 y clasificarse a octavos de final del Abierto de tenis de Australia.


(Buenos Aires, enero 22 de 2010) – Todavía bajo el influjo de la gloria alcanzada en el US Open, quedó a tres pasos de meterse en su segunda final de Grand Slam consecutiva, tras la que le ganó al suizo Roger Federer en Nueva York en septiembre. Y si bien este Del Potro parece avanzar mucho más a los tumbos que aquel, los resultados siguen cimentando su sueño de levantar en Melbourne un nuevo trofeo.


«Hoy, especialmente en el segundo set, me sentí muy confundido con mi juego. Pero después mejoré un poquito. Y terminé jugando algunos muy buenos puntos al final del partido», describió. Ahora espera por su rival del domingo, que surgirá del choque que libran el croata Marin Cilic, preclasificado 14, y el suizo Stanislas Wawrinka, 19.


Bajo el fuerte calor australiano -llegó a hacer 37 grados en el Rod Laver Arena- el argentino de 21 años vivió situaciones curiosas, tales como un vendaje en el antebrazo que se le despegaba una y otra vez y una abeja que se posó sobre su espalda y se resistía a irse.


Pero la principal molestia se la causó su oponente, el número 60 del mundo, que cerca estuvo de dar un verdadero golpe. «Él jugó muy bien el segundo set, tampoco yo metí primeros saques y se me fue rápido. Pero enseguida me pude recuperar y me metí de nuevo en el partido. Quebré rápido en el tercero para seguir intentando hasta lo último y creo que dio sus frutos, porque después pude cerrar el partido con mi saque».


De todas formas, las estadísticas confirman la impresión de irregularidad que dejó su juego: apenas metió 11 aces, y cometió cinco dobles faltas y 41 errores no forzados, por 45 tiros ganadores, en la victoria que le insumió dos horas y 34 minutos.


Ese segundo set que dejó ir rápidamente hizo que muchos recordaran la molestia en la muñeca derecha que lo había llevado a abandonar la semana pasada el torneo de Kooyong, sobre todo cuando insistió en que el fisioterapeuta le volviera a colocar el renuente vendaje.


Sin embargo, Del Potro relativizó su problema. «Tengo cosas mas difíciles para pensar que en mi muñeca, sobre todo en el juego. Al final, me quité el vendaje: me incomodaba bastante por el calor y la humedad, quería pensar más en la pelotita y no tanto en el brazo», argumentó.


«Por suerte la abeja no me picó, pero obviamente físicamente algo se sintió ese partido eterno con (James) Blake, pero hoy el partido fue más cortado, no hubo tantos peloteos y eso me ayudó a jugar cuatro sets», agregó en referencia a sus cinco sets de la ronda anterior contra el estadounidense.


Pese a sus altibajos, Del Potro rebosa confianza. «Quiero seguir más días en Melbourne. ¿Si cambió en algo llegar aquí como campeón de un Grand Slam? Me siento más grande. No ha cambiado mucho en mi vida, pero es hermoso ver el trofeo del US Open. Lo que quiero es seguir trabajando para ser un mejor jugador», dijo ni bien terminada su extraña tarde australiana.