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A los 74 años, falleció Mercedes Sosa

La cantante murió pasadas las 5 de la mañana, según confirmaron sus allegados, a causa de una disfunción renal que fue avanzando también sobre el corazón y los pulmones. Sus restos serán velados a partir del mediodía en el Salón de los Pasos Perdidos en el Congreso de la Nación.

Los restos de la artista que en más de cuatro décadas de trayectoria profesional fue cauce para un repertorio que logró visibilidad y reconocimiento en todo el mundo, serán velados desde el mediodía en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />

Internada desde el 18 de septiembre en el porteño Sanatorio de la Trinidad, la salud de la enorme intérprete fue empeorando desde el miércoles pasado cuando debió ser alojada en una sala de terapia intensiva en que se la conectó a un respirador artificial y quedó en estado de coma farmacológico.

Nacida el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán, Sosa es justamente considerada una de las más grandes voces de la canción popular latinoamericana.

El siguiente es el comunicado oficial difundido por su familia:

En el día de la fecha, en la ciudad de Bs As, Argentina, tenemos que informarles que la señora Mercedes Sosa, la más grande Artista de la Música Popular Latinoamericana, nos ha dejado.

Haydé Mercedes Sosa, nació el día 9 de Julio de 1935 en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Con 74 años de edad y una trayectoria de 60 años, Ella transitó diversos países del mundo, compartió escenarios con innumerables y prestigiosos artistas, y dejó además, un enorme legado de grabaciones discográficas.

Su voz llevó siempre un profundo mensaje de compromiso social a través de la música de raíz folklórica, sin prejuicios de sumar otras vertientes y expresiones de calidad musical.

Su talento indiscutible, su honestidad y sus profundas convicciones dejan una enorme herencia para las generaciones futuras. Admirada y respetada en todo el mundo, Mercedes se constituye como un símbolo de nuestro acervo cultural que nos representará por siempre y para siempre.

Quizás, las palabras de su entrañable amiga, Teresa Parodi, resuman el sentimiento de muchos:

“…Mercedes, salmo en los labios

amorosa madre amada

mujer de América herida

tu canción nos pone alas y hace que la patria toda

menudita y desolada no se muera todavía,

no se muera porque siempre cantarás en nuestras almas…”

Sus restos serán velados en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Honorable Congreso de la Nación, Avda. Rivadavia 1864.

Su Familia, allegados y amigos, agradecen profundamente el acompañamiento y el apoyo expresado en estos días.

Hitos de su carrera

Desde los 60, Mercedes Sosa, como parte del Movimiento del Nuevo Cancionero, fue la voz de una corriente renovadora del folclore que se contrapuso al estallido de lo pasatista que entonces primaba en el género.

El Movimiento, fundado en la provincia de Mendoza por Armando Tejada Gómez, Manuel Oscar Matus (su esposo) y Tito Francia, puso el acento en la vida cotidiana del hombre argentino.

El primer reconocimiento le llegó de la mano de Jorge Cafrune, quien la invitó a cantar a su lado en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín de 1965 donde el país todo descubrió su talento impar.

Por esa aparición, tuvo la oportunidad de grabar “Romance de la muerte de Juan Lavalle”, de Ernesto Sábato y Eduardo Falú; concretó su primera gira internacional con actuaciones por las ciudades de Miami, Lisboa, Porto, Roma, Varsovia, Leningrado, Kislovo, Sochi, Gagri, Bakú y Tiflis, y conoció a Ariel Ramírez quien le propuso ser la voz de “Mujeres Argentinas”.

Por entonces, además, estrenó la notable “Zamba para no morir”, con poesía de Hamlet Lima Quintana y música de Norberto Ambros y Héctor Rosales, pieza que, consideró, “cambió la construcción de la zamba en nuestro país».

Su consecuente posición social hizo que hacia 1979, tras publicar «Serenata para la tierra de uno» y ser detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a escucharla, debiera exiliarse en París y un año después se redicó en Madrid.

Recién pudo regresar a los escenarios argentinos el 18 de febrero de 1982 y en el porteño teatro Opera realizó una docena de memorables recitales que compartió con León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos y Ariel Ramírez y que quedaron plasmados en el álbum «Mercedes Sosa en Argentina».

Poco tiempo después graba “Como un pájaro libre” donde suma nuevos compositores entre los que destaca Raúl Carnota, de quien registró “Salamanqueando pa mí” y “Grito santiagueño”.

En 1984, participó de “Corazón abierto”, espectáculo en el que compartió escenario con Milton Nascimento y León Greco.

En 1985, sale “Vengo a ofrecer mi corazón”, en el que registra canciones trascendentales como la de Fito Páez que da título al trabajo, pero también «Razón de vivir» y «Madre de madres», de Víctor Heredia, «Entre a mi pago sin golpear», de Carlos Carabajal y Pablo Raúl Trullenque, «Canción para Carito», de Antonio Tarragó Ros y León Greco.

En 1986, realizó una extensa gira que abarcó Europa, Estados Unidos y 25 shows en el Brasil y publica “Mercedes Sosa ‘86” en que intervinieron como invitados el bandoneonista Leopoldo Federico y el grupo Markama.

Como productora, organizó en el Luna Park, el ambicioso espectáculo «Sin Fronteras», que la reunió con otras seis cantantes latinoamericanas: las argentinas Teresa Parodi y Silvina Garré, la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa.

En 1989, recibió de manos de Pierre Décamps, Embajador de Francia en la Argentina la medalla de la Orden del Comendador de las Artes y las Letras, otorgado por el Ministerio de la Cultura de la República Francesa.

En 1990, actuó en Australia, Grecia, Holanda, Alemania, Luxemburgo, Suiza, Francia y Brasil y además protagonizó inolvidables noches en el Luna Park con actores y un numeroso grupo de cantantes invitados. En diciembre, cerró el año con dos actuaciones a sala repleta en el Gran Rex, dentro del ciclo «Creativa 90», también acompañada por muchos músicos invitados y lanzó “De mí”.

En 1991, luego de casi diez años de no cantar en estadio abierto, se reencontró con su público en Ferro Carril Oeste, donde convidó a Fito Páez, Julia Zenko, Nito Mestre, Piero, Celeste Carballo, los Illya Kuryaki, León Gieco, Charly García, Víctor Heredia, Mariano Mores, Facundo Ramírez, Horacio Molina, Coqui y Claudio Sosa y Hamlet Lima Quintana, para cautivar a unos 15.000 espectadores.

En 1992 en el Salón Dorado del Honorable Concejo Deliberante, fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, pero el año también estuvo marcado por su viaje a Chile, donde cantó en la Quinta Vergara, de Viña del Mar y en el Estadio Chile, de Santiago.

En 1994 representó a las voces de la Argentina y América en el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano, siendo la más aplaudida.

En 1995 se le otorga el Gran Premio CAMU-UNESCO, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, recibe el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió por su labor en defensa de los derechos de la mujer y los Konex de Platino a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década.

Ese año fue además incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada Global Divas y resultó condecorada con honores por el Senado de la Nación Argentina con el premio «Sarmiento» en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha por los Derechos Humanos.

En 1996 publica “Escondido en mi país” donde aborda canciones en que aparecen autores consagrados (Teresa Parodi, Alberto Cortez, Víctor Heredia y León Gieco) y otros menos conocidos (Gustavo Patiño, Horacio Banegas.

Hacia 1997 concreta otro audaz paso en su carrera al unirse con Charly García para compartir “Alta fidelidad”, un álbum denso y arriesgado donde dos consagrados de enorme talento y personalidad se fundieron para entregar un magnífico y sentido trabajo intensamente compartido en que grabaron, entre otras canciones, “Promesas sobre el bidet”, “Rezo por vos”, “Como mata el viento norte” y “Cerca de la revolución”.

En abril de 1999 se dio el gusto de compartir una noche con Luciano Pavarotti que reunió a 30.000 espectadores en el estadio de Boca Júniors.

En 1998 fue tiempo de “Al despertar” en donde vuelve a potenciar obras firmadas por Alejandro Lerner, Peteco Carabajal y Jorge Fandermole, que combina con clásicos del folclore.

En 2000 registra su versión de “Misa Criolla” y cinco años después entrega “Corazón libre”, uno de sus más grandes testimonios en que la producción de Chango Farías Gómez guió un tránsito hondo y refinado que llevó hasta el sello alemán Deutsche Grammophon las creaciones de nuevos autores como Duende Garnica, Demi Carabajal, Caqui Sosa-Pablo Dumit, Alberto Rojo y Marcelo Perea.

En septiembre de 2003 comparte un concierto con Martha Argerich en el Teatro Colón, lugar donde en noviembre de 2006 ofreció la última función antes de que el coliseo sea cerrado para su restauración.

Es en diciembre de 2006 cuando disfruta de cantarle a la gente de su provincia natal y ofrece un aclamado recital en la Plaza Independencia de la capital provincial que convocó a más de 20.000 tucumanos.

Apenas dos meses más tarde, ofreció un emocionante show ante 75.000 personas en el cierre del ciclo de espectáculos gratuitos en el Rosedal de Palermo, donde participaron como invitados Horacio Molina, Liliana Herrero, Diego Torres y Charly García.

Ya en 2009 no sólo coronó el ambicioso álbum doble “Cantora” donde plasmó duetos con Joan Manuel Serrat, Luis Alberto Spinetta, Jorge Drexler, Caetano Veloso, Gustavo Cerati, Calle 13, Lila Downs y Joaquín Sabina, por citar sólo a algunos, sino que fue figura central de los 135 años de Mar del Plata al cantar en febrero con Soledad Pastorutti ante 50.000 espectadores.

Su paso por el Teatro Colón

La jerarquía artística de Mercedes Sosa le permitió llegar dos veces al máximo coliseo argentina para ofrecer allí su interpretación de una canción popular que, en su garganta, siempre alcanzó un status de excelencia.

La primera aparición de “La Negra” en el máximo coliseo argentino fue en septiembre de 2003, gracias a la generosidad de la concertista argentina Martha Argerich que la convidó a ser parte de los Festivales que llevan su nombre y que se realizaban una vez al año en esa sala.

Sosa primero cantó 11 temas acompañada por su guitarrista Colacho Brizuela, luego compartió un par de piezas con la Camerana Bariloche, sobre arreglos orquestales de Gabriel Senanes y por último se le unió la pianista Argerich para tres obras: “Allá lejos y hace tiempo”, “Canción del árbol del olvido” y “Las cartas de Guadalupe”.

Más cerca, el 1 de noviembre de 2006, Mercedes fue la elegida para ofrecer el último concierto en el Colón antes del inicio del polémico y aún en ciernes plan para su restauración.

Más suelta que cuando fue invitada por Argerich, repartió su actuación entre la banda que solía acompañarla y el encuentro con la Orquesta Estable del Teatro Colón, dirigida por Pedro Ignacio Calderón.

La tucumana encaró un repertorio de clásicos del folclore, la canción y hasta del tango (con “Vuelvo al sur” y una versión de “Naranjo en flor” para la que se sumó el bandoneón de Rubén Juárez).

Esa noche tuvo como invitados, entre otros, Carmen Guzmán, Alberto Rojo, Juan Falú, León Gieco y Teresa Parodi.

A casi tres años de esa noche mágica, ahora es el dolor el que los reúne. Sosa acaba de irse y el Colón –que iba a reinaugurarse el 25 de mayo de 2008- es un espacio en obra y atravesado por un enorme interrogante.