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Sofía desapareció en forma misteriosa cuando iniciaba un día de camping junto a su familia en el predio del camping John Goodall, situado a 65 km al sur de esta ciudad.
Después de once meses sin que se hallen pistas ni indicios respecto de la suerte corrida por la menor, el magistrado decidió el procesamiento de Urrutia quien, además de estar a cargo del cuidado del camping, tenía su vivienda en el lugar.
El pasado 12 de agosto se llevó a cabo, en el mismo lugar donde ocurrió, una reconstrucción de los momentos previos a la desaparición de la niña, tras lo cual los investigadores concluyeron que Sofía se encontraba muy cerca de la casilla del cuidador cuando desapareció de la vista de sus padres, Fabián Herrera y María Elena Delgado.
En función de ello y de que “Urrutia pudo, en 35 segundos llegar hasta Sofía y raptarla” es que se inició la investigación de la conducta del cuidador, sobre quien se decidió ayer el procesamiento, como único sospechoso del presunto delito de secuestro de menor.
El acusado seguirá cumpliendo detención, bajo la modalidad de prisión domiciliaria, beneficio otorgado por el mismo juez López a pedido de su defensor el abogado Diego Jure.