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(Río Grande, setiembre 23 de 2009) – Dos agentes pertenecientes a laOficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos(FBI) llegarán este viernes a Río Grande para colaborar en la investigación por la desaparición de Sofía Herrera, ocurrida el 28 de setiembre del año pasado. La niña, de 4 años, se extravió en momentos en que se aprestaba a pasar con sus padres un día de campo en el camping John Goodall, situado a 65 kilómetros al sur de la ciudad de Río Grande.
A un año del hecho, no se han encontrado pistas firmes acerca de la suerte corrida por la pequeña, por lo cual se efectuó este mes una inspección profunda del lugar, con utilización de ecorradares y equipos de alta tecnología para descubrir eventuales huellas que puedan servir para la investigación.
En la causa se encuentra procesado y con prisión preventiva domiciliaria el cuidador del camping, Alberto Urrutia, quien además tenía residencia permanente en el lugar, por lo cual su precaria morada también fue objeto de una profunda revisión. En la casilla –según dejaron trascender fuentes judiciales- se hallaron pelos y rastros de sangre reconocidos como de origen humano, que actualmente son peritados en laboratorios especializados en la provincia de Córdoba.
Como recurso extremo para resolver el caso, el juez de la causa Eduardo López aceptó el apoyo del FBI, dos de cuyos efectivos permanecerán este fin de semana a la provincia. Son los mismos agentes federales estadounidenses que llegaron al país convocados para colaborar en la investigación del crimen de Nora Dalmasso, una mujer de 52 años que fue asesinada en Río Cuarto (Córdoba) el 5 de noviembre de 2006.
Los investigadores se encuentran actualmente trabajando en Río Cuarto donde este miércoles recorrieron la casa escenario del crimen, situada en el exclusivo barrio de Villa Golf, en la ciudad del sur cordobés. En completa reserva recorrieron desde de las 15 hasta las 18 la residencia, con el fin de realizar una inspección ocular, acompañados por un traductor de la embajada de Estados Unidos.
El grupo partirá mañana hacia Río Grande, donde, según se espera, también pedirán efectuar una recorrida por el predio donde fue vista por última vez Sofía Herrera, en compañía del Juez López e investigadores pertenecientes a la Policía de la Provincia que han tenido actuación durante el tiempo que lleva la investigación.
Grupo de elite
El 6 de marzo de este año el diario La Voz del Interior adelantó que el FBI proponía la utilización del servicio de una de sus unidades más famosas: el Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos (NCAVC)
Esa dependencia combina servicios de investigación policial, apoyo operacional y logístico, para colaborar con otras agencias policiales nacionales e internacionales en la investigación de crímenes violentos inusuales o de carácter serial.
El NCAVC cuenta con una unidad de análisis de la conducta, el Vicap: superbase de datos de criminales y crímenes, y un centro de recursos para la investigación de asesinatos en serie y secuestros.
Según trascendidos, en el marco de los tratados internacionales de asistencia recíproca, el FBI ofreció este «aporte desinteresado» tanto para el caso de Sofía Herrera como para el de Nora Dalmasso, ocurrido en noviembre de 2006.
Para hacer un análisis de las causas, el Centro de Análisis de Crímenes Violentos de Estados Unidos habría pedido el envió de elementos «objetivos» del expediente, desprovistos de impresiones subjetivas de los investigadores locales. En tal sentido –y antes de su arribo a la provincia- los investigadores cuentan con una copia digitalizada del expediente completo, mapas y varios miles de fotografías tomadas durante el año de investigación.
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