¿POR QUÉ NO TE CALLAS?
Hace unos días se podía leer, en los matutinos de La Gran Manzana Argentina, las declaraciones de un señor, que al parecer tiene serias intenciones de Presidir la República Oriental del Uruguay. Entre otros conceptos de alta definición diplomática, califica a la Argentina como un país que tiende a despedazarse a si mismo, y opina (ya lanzado al dilatado mundo de los adjetivos) que “los peronistas son patoteros, y los radicales unos nabos”.
Quedé esperando con ansiedad las respuestas de nuestras autoridades (de la cartera del ramo) o sea: desde el Canciller para abajo, alguien. Y ante la lectura de hoy que la Presidente/a le hubiera referido a este señor “que no era nada, que no se preocupara”, o algo así, surge desde el fondo mismo de la entidad de argentino, escribir algo sobre el particular, mencionar a este buen señor (que parece, o al menos luce en las fotos, como recién despertado de la siesta)…Con razón ¡! Que no tiene ningún derecho a ofender a Mi país y a millones de militantes políticos de una y otra afiliación mencionada por el sujeto en cuestión.
A mérito de que la Argentina ha padecido gobiernos que han hecho gala de ser exitosos a la hora de cometer errores espantosos, y a tenor de que es cierto -sí- que existen tendencias facciosas, no solo en un partido político sino en varios, y que existen “nabos” en la política.
No, dice Usted; ninguna novedad; pruebas al canto, solo escúchese a sí mismo.
Que “siguiendo la noticia” me entero que un parlamentario del peronismo o como sea, se expresa diciendo que “menos mal que nos trató de patoteros y no de pelotudos”, En franca alusión al radicalismo.
Como verá especímenes como el que Usted manifiesta conocer los hay, como las brujas, ¿vio?
También queda clara la fulgurante reacción de nuestro Canciller, y de la clase política en general, de quien no se ha escuchado ni decir pío.
Que en ese sentido, tiene señor mío razón, hay una especie de boludez estructural que no cede a través de los años y lo que es más, ha transpuesto fronteras, mares, ríos y montañas, prueba cabal es escuchar sus expresiones que, según he creído leer, componen un libro. Me urge la necesidad de leerlo con fruición, no ya para superar ese estado vegetal al que ha reducido a cierta parte de la política argentina -centenaria ésta- sino para ver si a través de tan condigno material puedo llegar a ser más boludo de lo que soy, suponiendo en mi ignorancia que debe tratarse, de algo así como un manual, ¿no es así?
Que para nada esto significa mengua alguna de las bondades y características que hacen al pueblo uruguayo, no tienen la culpa, como la influenza H1-N1, se la pega cualquiera, y a ellos les ha caído Usted en suerte.
Que huelga señor, recordarle, que ha padecido ese país al que pretende presidir, dictaduras, fascismos de izquierda y de derecha, que alegremente participaron del planes de exterminio en varios países, y otras lindezas, pero claro , es posible que con la edad las cosas se le confundan.
Que en el día de hoy manifiesta que “a lo hecho pecho” en un diario de la Capital de la Argentina, y esboza como un reproche a sí mismo respecto de que algunas cosas que se piensan, no se deben decir.
¡Que no! No se prive de nada , por el bien de su país y Latinoamérica toda siga escribiendo y hablando, así referencialmente y teniéndolo como ejemplo podemos superar el patoterismo conceptual y la boludez estructural. Podemos mejorar! no nos privará usted de ese beneficio…
Que a propósito coetáneamente con el mundial de futbol Sudáfrica 2011, se lleva a cabo el primer Campeonato Continental de Incontinencias y Boludeces, dichas estas o publicadas. Nos anda faltando un nueve en el seleccionado Latinoamericano, alguien con agudeza e instinto, y que se mueva con sutileza e inteligencia, en una de esas, si no gana las elecciones… nos vendría de perillas.
(*) Escritor- Abogado Constitucionalista – ex Legislador provincial y Convencional Constituyente provincial, colaborador permanente de la ONU para Asuntos de Africa.
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