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Del Potro sacó «chapa» de líder y es la esperanza argentina

Pese a la derrota en Ostrava, Argentina descubrió en República Checa a un nuevo líder “copero”, porque el tandilense, quien hoy ocupa el sexto lugar del ranking mundial, demostró que puede comandar a los futuros equipos de Copa Davis.

Pero ese no fue el único hecho positivo, porque otra situación destacable en la derrota sufrida ante República Checa se notó una unión destacable entre todos los integrantes del grupo, algo poco común en los equipos argentinos de Copa Davis.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />

Del Potro llegó a Ostrava con la pesada mochila de ser el número cinco del mundo y de tener que reemplazar al anterior ‘as de espadas’ de la Argentina, David Nalbandian, quien se encuentra alejado del circuito porque se está recuperando de una operación en la cadera.

Y Del Potro no faltó a la cita. El primer día se sacó de encima con mucha facilidad a Ivo Minar y ayer alimentó las esperanzas argentinas al igualar la serie tras darle una soberana ‘paliza’ a Tomas Berdych, número 20 del mundo, en su cancha preferida, como local y ante su gente.

Además Del Potro aceptó sin ningún ‘pero’ ir unos días antes a París para hacer una adaptación a una superficie similar a la de Ostrava y demostró su humildad al ‘tirar’ en todo momento a favor del grupo y cederle al capitán Modesto Vázquez el lugar de líder.

Esto no pasó inadvertido ni para Vázquez ni para sus compañeros, quienes le reconocieron la ausencia de egoísmo, algo que no ocurría en anteriores equipos de Copa Davis, que eran más una suma de individualidades que un grupo homogéneo.

“Es natural que uno sienta dolor por la derrota pero también hay que saber rescatar los puntos positivos. Y uno de ellos fue el rendimiento de Del Potro, quien con apenas 20 años, ganó sus dos partidos sin ceder ningún set y mostrando una madurez inhabitual a su edad”, destacó Vázquez.

El capitán también acentuó el hecho de que los cuatro tenistas aceptaron ir a Francia y perder una semana de su calendario para preparar mejor una serie, que se sabía de antemano era muy difícil de sacar adelante por el poderío de los rivales y la superficie elegida.

Vázquez, una mezcla de Marcelo Bielsa con Alfio Basile, por su obsesión y su discurso verborrágico, planificó la serie detalladamente, sabiendo que Del Potro le podía aportar dos puntos y dependía casi de un ‘milagro’ para ganar el tercero.

El equipo estuvo cerca en el primer punto de la serie, justamente al que Vázquez le tenía más fe ya que Mónaco cayó en cinco sets con Berdych, y las ilusiones se hicieron cuesta arriba pese a que finalmente se llegó a un ajustado 3 a 2.

Por su parte, los checos jugaron al misterio durante toda la semana con Radek Stepanek, se entrenaron a puertas cerradas y no lo pusieron en cancha el primer día para evitar que se desgaste contra Del Potro.

Y la estrategia les salió perfecta porque Stepanek se puso al hombro a la pareja de dobles, en un punto clave, y ayer le dio la victoria a su país y el pase a las semifinales, en un quinto punto en el que mostró todo su talento y categoría.

De cara al futuro, Vázquez pronosticó que “Argentina puede tener chances de ganar la Copa Davis y para eso habrá que buscar los mejores tenistas para rodear a Juan Martín del Potro”.

Y entre esos tenistas naturalmente que está David Nalbandian, el más ‘copero’ de los argentinos, quien puede ser un ensamble perfecto para Del Potro más allá de que la experiencia en la final del año pasado, en Mar del Plata ante España, los alejó más de lo que los unió.

Seguramente esa será la próxima tarea que deba emprender el capitán Modesto Vázquez, quien sabe que a la cancha entra un solo jugador pero que la convivencia también tiene que ser lo más armónica posible para evitar que los jugadores se desgasten en internas infructuosas.

Con la dupla Del Potro-Nalbandian, Argentina volvería a contar con un equipo de una enorme jerarquía para alcanzar, de una vez por todas, el sueño de ganar por primera vez en la historia la Copa Davis, la gran asignatura pendiente del tenis argentino.

Fuente: Gustavo Lenti – Telam