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SEMBLANZAS (X): Pandemias

Reflexiones, realidades e irrealidades, vergüenzas propias y ajenas del Dr. Jorge Daniel Amena. Exclusivo para radiofueguina.com.

SEMBLANZAS


Por Jorge Daniel AMENA (*)





PANDEMIAS




Que a través de la historia del mundo, de tanto en tanto, aparecen unos bichos espantosos que ponen en emergencia extrema al conjunto de la humanidad, o a parte de ella.



No es una novedad ha habido todo tipo de bacterias, virus, o como se los denomine científicamente han sembrado prolijamente de pánico, muerte o incapacidad a buena parte de la población mundial.



Alguien los bautiza -es de suponer- de acuerdo a determinados parámetros técnicos, y forman a pasar parte de nuestras vidas como un miembro de la familia global y también de la doméstica.



Alguien dijo alguna vez que si EEUU estornudaba el mundo se resfriaba, en alusión a posibles cataclismos económicos financieros. Bueno, por estas horas de dios han pasado dos cosas: el mundo se taró ante la crisis horripilante del país del norte y la repercusión mundial fue la que todos conocemos, y que es llamada “crisis internacional”, con consecuencias gravísimas que -según me han dicho- no se protege uno con el uso de un barbijo ni muchos menos. Pero esta vez fue un país en vías de desarrollo, (eufemismo que se utiliza para decir que es pobre) el que generó el contagio, sin reparar la subversiva bacteria, bicho o cosa inmunda, en muros, guardas nacionales, armas de 5ta generación, cazas bombarderos



“Raptor” y miles de gentes armadas. Pasaron nomás. Luego que estaban siguieron a través del mundo para demostrarnos de paso la fragilidad que nos rodea, y la poca entidad que revisten nuestras pequeñas existencias ante la espantosa realidad de la muerte encapsulada en un simple caminante con tos, de ahora en más sospechoso atroz y deleznable.



Pero otros contagios acaecieron en el pasado, estos engendrados en la Escuela de Chicago, o en Panamá, de donde salieron los gérmenes (o como se llame a estos propagadores), allí nos enfermaron de la influenza de la postmodernidad y de técnicas de estirpe francesa de la Guerra de Argelia, sobre terrorismo de Estado, y como ahora corremos a hospitales o a dispensarios, corrimos todos a Miami, o a Orlando a sacarnos fotos con Pluto, así también corrimos a bancos y financieras, pero ya era tarde.



Nos metimos la posmodernidad en el…, (Ud sabe dónde), y volvimos al dengue y a la pobreza estructural, por no abundar en un conjunto hermoso de enfermedades decimonónicas, que creíamos erradicadas.



Y el mundo debate y debate y yo insisto e insisto, la muerte de infantes en el Norte Argentino el Noa y zonas aledañas, la presencia de la más aberrante de las pobrezas en la zona del Chaco Profundo, las innúmeras muertes africanas diarias, la segregación, el saqueo, la mutilación a machete puro. Los 20 o treinta muertos diarios por atentados o “fuego amigo” en Afganistán, negados consuetudinariamente. Los más de 8000 exiliados a su suerte, desnudos y hambrientos de Zimbabwe que deambulan por las fronteras pedregosas y minadas de alambre con espadas.



Pues ahora el terror encarnado en el N1- H1, nos empuja a la desesperación y al pánico. La prevención y cuidados del estado son (y deben ser) imprescindibles, también los propios cuidados y profilaxis domésticos y personales. Seamos razonables y exijamos razonabilidad.



Además por estos tiempos donde la tontera y la imbecilidad también se “globalizó” cada vez somos “uno” y más “ellos” sin un dejo de nosotros, hemos eliminado, salvo honrosas excepciones todo rasgo de humanidad metidos hasta el gaznate en las arenas movedizas de la profundización de lo grotesco, países como Italia o Gran Bretaña no escapan a la ola.



Qué daría yo por escribir (alimento esencial de mi vida) sobre aquellas cosas que Ud. quisiera leer y distenderse con ellas. Que se sintiera respetado, y respetar a su vez, estar libres de los atorrantes bichos que le consumieron (y le consumen) su cotidiana vida.



Qué daría por que se fumiguen escuelas y pensamientos y que se revise por los rincones a ver dónde se esconden, dónde tienen las madrigueras los que apestan el aire, la tierra y el agua.



¿Qué barbijo nos protege de la mala leche y la actuación de estos seres que mutan permanentemente?



¿Que le tocó a los demás y no a Ud. esta vez? Eso es azar.



No nos hemos reconciliado desde la época de Nunca jamás, y en el decir de David Blair, corresponsal del “Telegraph” en Somalía- “Reconciliación, cualquiera puede decirlo, solo una Nación puede hacerlo”. Y estamos lejos.





(*) Escritor- Abogado Constitucionalista – ex Legislador provincial y Convencional Constituyente provincial, colaborador permanente de la ONU para Asuntos de Africa.



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