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Barack Obama ganó las elecciones en Estados Unidos y se convirtió en el primer presidente negro de la historia del país, según proyecciones en base a cifras oficiales.
Escrutado el 53% de los votos, y en virtud de triunfos en estados clave como Ohio, Iowa y el bastión republicano de Virginia, Obama sumaba 297 electores, 27 más que los necesarios para ganar < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />
En medio de una expectación mundial, los estadounidenses han aceptado el reto del cambio propuesto por el candidato demócrata a
En el triunfo de Barak Obama ha tenido mucho que ver su victoria en tres Estados decisivos, Pensilvania, Ohio y California, que aportan 21, 20 y 55 votos, respectivamente, y que siempre han sido determinantes en la historia de este país junto a Florida. El candidato demócrata ha vencido también en Virginia, que tiene 13 votos, tras un recuento de infarto en el que nadie se ha atrevido a dar un seguro ganador hasta bien avanzado el escrutinio. En Florida, con 27 votos en disputa, los candidatos van casi empatados en los sondeos y todo sigue en el aire.
Otra de las claves del triunfo de Obama ha residido en el apoyo conseguido en los grandes Estados del este del país, como Maine, Vermont, Massachusetts, Connecticut, Delaware, Maryland, New Hampshire, Nueva Jersey, Pensilvania y Nueva York, además del Distrito de Columbia, que acoge a la capital del país, Washington, y el Estado de Illinois, por donde es senador.
Mientras, el republicano John McCain ha mantenido la esperanza durante buena parte de la noche electoral con importantes victorias en el sur, como Tennessee, Alabama, Arkansas, Carolina del Sur, Georgia y Tejas, lo que no ha sido suficiente para lograr la victoria global, sobre todo después de perder Pensilvania y Ohio.