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Bielsa celebró como un «loco» el triunfo ante Argentina

El entrenador de la selección chilena de fútbol, el argentino Marcelo Bielsa, festejó a gritos y como un «loco» el triunfo de su equipo ante Argentina por 1-0 por las eliminatorias sudamericanas, según reveló hoy la prensa local

«Llegando al vestuario comenzó a celebrar como un hincha más», contó el diario «La Tercera», sorprendido por el gesto del adiestrador, que sólo ha aplaudido un gol de Chile en las eliminatorias, el 4-0 que Matías Fernández anotó a Colombia. < ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />

«En virtud al agradecimiento por la gran actuación que le regalaron sus dirigidos, esperó a cada uno en la puerta del camarín y los felicitó personalmente, dandolés un fuerte apetón de mano», prosiguió el matutino, según DPA.

Pero el gesto mayor fue para sus compatriotas. Se fundió por separado en un fuerte abrazo con su ayudante de campo, Eduardo Berizzo, y con su preparador de arqueros, Daniel Morón, argentino nacionalizado chileno.

La del miércoles fue la primera victoria de Chile sobre Argentina en un partido oficial. Desde el primer duelo entre ambos equipos en el Sudamericano de mayo de 1916 los chilenos no sabían lo que era ganar a sus vecinos.

Sólo había tres victorias en amistosos. La última, en 1973, cuando ninguno de los actuales seleccionados había nacido.

«El Mercurio», el diario más antiguo del país, desempolvó su formalidad y calificó el resultado de «histórico» en su portada.

«La ’Roja’ jugó su mejor partido en la era Bielsa», insistió el medio, que calificó a los jugadores de «gigantes» y sostuvo que el equipo de Bielsa «hizo trizas (rompió) la historia».

«Las Últimas Noticias» elevó a los jugadores chilenos, los de menor promedio de edad de todas las selecciones sudamericanas, a la categoría de «mundiales» y dijo que el triunfo era «para toda la vida».

El delantero Jean Beausejour comentó hoy que la clave de la victoria estuvo en la supremacía individual. «Ganamos nuestros duelos personales, neutralizándolos y atacándolos», sostuvo.

El atacante además reveló que entraron a la cancha sin respetar el linaje del rival. «Uno no entra a jugar con la historia pasada sobre los hombros y este partido lo tomamos así», dijo.

Chile consiguió una victoria histórica frente a Argentina

La «Roja» venció a la selección albiceleste 1 a 0, por primera vez en un partido oficial. Fabián Orellana, a los 35 minutos del primer tiempo, anotó el gol. El equipo que dirige Marcelo Bielsa le dio un «baile» al conjunto de Alfio Basile.

El seleccionado chileno de fútbol logró, en la noche de ayer, una victoria histórica al vencer por primera vez en forma oficial a Argentina por 1 a 0, en un partido correspondiente a la décima fecha de las eliminatorias sudamericanas.

El único gol del partido lo marcó Fabián Orellana, una de las figuras de la cancha, a los 35 minutos del primer tiempo.

El partido se jugó en un repleto Estadio Nacional de Santiago de Chile, que vivió una de las noches más emocionantes de su historia, con un buen arbitraje del colombiano Oscar Ruiz.

El equipo de Marcelo Bielsa le dio un verdadero «baile histórico» al conjunto de Alfio Basile y la diferencia de un gol no marca lo que en realidad fue el partido.

En Santiago se presentaba un equipo grande, que nunca había perdido ante el rival que iba a enfrentar, frente a uno chico. De un lado de los de rojo y del otro los de azul.

¿Cuál era el grande y cuál el chico? Cualquier desprevenido, cualquiera que no conociera la historia de uno y otro hubiera dicho que los de rojo eran los grandes y los de azul los chicos.

Es que en el comienzo del partido Chile parecía el grande y Argentina, de azul, por las insólitas cábalas de Basile, el chico. Y así fue todo el partido. Los dirigidos por Bielsa salieron decididos a ganar el partido, con tres delanteros de punta, un enganche, volantes que pensaban más en atacar que en defender y una línea de fondo firme, ayudada por el flojo desempeño argentino.

Ya a los dos minutos de partido la sorpresa de Bielsa, Jean Beausejour, casi sorprende a Juan Pablo Carrizo con un remate de larga distancia. Basile mandó a la cancha a un equipo con cuatro hombres en el fondo, tres volantes en el medio, con Javier Mascherano por derecha, Cristian Ledesma por el medio y Esteban Cambiasso por izquierda. Delante de la línea media se ubicó Lionel Messi, quien flotaba en una posición en la que no fue enganche, no fue delantero, como se diría en el «potrero», no fue de nada, más allá de que de sus gambetas en velocidad llegó lo mejor o, en realidad, lo más peligroso del equipo argentino.

Diego Milito y Sergio Agüero quedaron muy lejos de todos, porque los tres volantes centrales que dispuso Basile no tienen características ofensivas, más allá de su buen trato de pelota.

Entonces, Argentina fue un equipo muy largo, que padecía con el vértigo que le quería imponer al partido el equipo de Bielsa, sobre todo cuando se juntaban por derecha Gary Medel, Matías Fernández, David Suazo y Orellana por la izquierda, donde Cambiasso quedaba siempre a tras mano, Gabriel Heinze no hacía pie y la clave para los locales pasaba por ahí.

En el primer tiempo hubo un momento de tensión cuando se produjo el choque entre Nicolás Burdisso y Mark González, que derivó con los dos jugadores fuera de la cancha. A partir de ese momento todo fue de Chile, por juego y por sobre todas las cosas por actitud.

Por eso no sorprendió que los locales se pusieran en ventaja, luego de una gran jugada colectiva, que derivó en un desborde de Medel por derecha, quien envió un centro preciso para que Orellana hiciera estallar al Estadio Nacional.

Todo lo que siguió después del gol de Chile fue un verdadero baile del equipo de Bielsa, con presión, toque, rotación, fuerza, ataque. Todo lo que se necesita para ganar y jugar bien.

En el segundo tiempo salió Milito, entró Gonzalo Bergessio, Zanetti pasó al medio, pero todo siguió siendo para peor, porque Chile en la parte final tuvo casi una decena de chances de gol, como una que salvó Daniel Díaz en la línea, más las que perdieron Suazo y compañía.

Encima, en el segundo tiempo apareció Matías Fernández, el único que parecía estar fuera de sintonía, para que lo de los chilenos sea mejor todavía. Argentina no tuvo respuestas futbolísticas, ni anímicas y fue más de lo mismo en estas eliminatorias.

Por eso perdió y los dirigidos por Basile se deben ir contentos de Chile porque tendrían que haber sido goleados. El 1-0 en contra fue un premio para tan paupérrima actuación.

Fuente: TELAM