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Desde Tierra del Fuego llegó, como si se tratara de una excursión de vacaciones, un anunció que despertó polémica: el próximo 2 de abril intentará realizarse el “Primer Raid Motonáutico a las Islas Malvinas”, lo que significaría, según los organizadores, un “desembarco masivo y pacífico”.
La iniciativa es impulsada por representantes de < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />
Beto Altieri (Heridos) y Toni López (Navegantes) fueron los encargados de promocionar esta actividad en Río Grande: “Es la primera convocatoria popular para ir a Malvinas; una actividad civil en la que participará todo aquel que quiera”, aseguraron.
La idea es que, el 1 de abril de 2009, lanchas, veleros y demás embarcaciones se encuentren en Río Grande como parte de la vigilia. El 2 de abril se las llevaría por tierra hasta Ushuaia, de allí en buque hasta
“La idea es reivindicar lo nuestro, como para frenar el reclamo de ellos de las
Por último, en declaraciones a la agencia DyN, Altieri y López lanzaron un mensaje que, seguramente, tendrá respuesta británica: “Cada vez que se nos ocurra, con un pequeño bote pescador y con un motor de 50 caballos, vamos a viajar a Malvinas, porque nadie puede impedirlo”.
Otras agrupaciones de ex combatientes de Malvinas se enteraron del anuncio grandilocuente que llegó desde Tierra del Fuego. En
Ex combatientes de Buenos Aires, quienes prefirieron reservar su identidad para no entrar en polémicas, hicieron una primera advertencia: “Hay que prestar atención cuando se habla de veteranos, porque en general allí confluyen colimbas con milicos; y en Río Grande son más milicos, no ex combatientes”.
“Este anuncio es un spot publicitario, un disparate de bravucones sin responsabilidad, y hay que tener cuidado porque ya tuvimos una mala experiencia por una bravuconada –afirmaron-. Además, no los van a dejar llegar, es imposible”.
Ernesto Alonso, Presidente del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de
“En
A diferencia de los anuncios que se hicieron hoy en Río Grande, Alonso cree que “la discusión por la soberanía pasa por otro carril”, no por el regreso de los soldados. “El que va, va a cerrar una historia, a sacarse los fantasmas, pero no nos beneficia en nada ir a pelar una bandera. Nosotros comemos en casas de kelpers y nos respetan mucho cuando decimos que somos soldados. Además, ellos van y vienen constantemente al continente, son habitantes de nuestro territorio que hablan otro idioma y hay que aceptarlos como tales”, finalizó.
Fuente: Crítica de la Argentina