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Frente para la Derrota

Nota de opinión de Alfredo Leuco para el programa «Qué te parece» de radio Del Plata. Por Radio Fueguina, lunes a viernes de 14 a 18.

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El matrimonio Kirchner aparece atrapado en un pantano de acechanzas políticas que no hubieran imaginado ni en sus peores pesadillas.

El infantilismo conspirativo y presuntamente antiimperialista de poner sus propias culpas en los Estados Unidos, el millonario costo político que paga en cómodas cuotas mensuales cada vez que el INDEC anuncia sus mentiras y los abrazos que esta semana se dieron en medio de ovaciones Julio Cobos, Hermes Binner y Eduardo Buzzi son apenas las expresiones mas notorias de la crisis.

En esa agenda negativa muchas veces autogenerada no puede faltar la lentitud paquidérmica para tomar decisiones, la forma lastimosa en que siguen desperdiciando las oportunidades que la historia les pone a su paso y esa actitud caprichosamente suicida de hacer política con una venda en los ojos para no ver lo que no quieren ver y con el defecto devastador de escucharse sólo a sí mismos.

Néstor y Cristina han vuelto al plano inclinado luego de transitar una meseta de tres semanas. Juntos han engendrado un monstruo grande que pisa fuerte, llamado desconfianza. Cada vez más argentinos les creen menos. Se nota en las calles y se confirma en las encuestas. Ese animal se deglute en un instante aún las mejores intenciones como el pago al Club de París (pese a sus insólitas marchas y contramarchas) o los acuerdos de Cristina con Lula en Brasil. Les cuesta muchísimo recuperar la iniciativa y tomar el toro por las astas. Hay gestos políticos como interesarse por la salud de Raúl Alfonsín o de Alfredo De Angeli, pero duran segundos. Y hechos políticos que se evaporan en el aire en un par de días. Está claro que hay algo muy importante que no funciona en la maquinaria gubernamental. No hay señales de alguna renovación, algo que, a esta altura, tampoco alcanzaría.

El Gobierno necesita ir mucho más a fondo: refundarse. El segundo turno kirchnerista está agotando acelerada y peligrosamente su reservas de credibilidad, producto de la falta de reacción y sentido común.

El manejo pendular y espasmódico de la relación con los Estados Unidos está repitiendo aquellos peores momentos, cuando tempranamente Cristina se victimizó al denunciar “operaciones basura”. Mucho tiempo costó reparar ese daño. Sin embargo, el despropósito ahora se repite corregido y aumentado. Primero porque el gobierno de Cristina tiene un fuerte deterioro que en aquel momento no tenía y, segundo, porque ahora los ministros se desesperan tirando declaraciones irresponsables que nadie cree frente a la contundencia de los hechos.

Está claro que hay una especie de pesadilla perfecta que está rondando el poder en la Argentina y que sólo tiene un remedio milagroso: la refundación del kirchnerismo. El gran riesgo es que estén gastando mucha energía en el lugar equivocado, al construir el Frente para la Derrota.

Por Alfredo Leuco

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