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El 26 de octubre, el Movimiento Popular Fueguino depositará en las urnas sus ansias de recuperar el nivel de florecimiento que tuvo en otras épocas.
Por un lado, el oficialismo interno se ha planteado una lista de unidad, ofreciendo como propuesta la continuidad de quienes hoy ejercen la autoridad partidaria.
Otros sectores, encolumnados en la oposición, pretenden una completa renovación y saldrán a discutir el voto del afiliado para desalojar a la actual conducción.
Un referente de la oposición, Williams Mullins, planteó ante los micrófonos de La 97 la necesidad de renovar la dirigencia y acusó a la conducción de “aprovecharse del partido para hacer negocios personales”.
“El del 26 de octubre será el voto del renacimiento”, confió, prefiriendo esta calificación a la del “voto castigo”.
Mullins admitió que se enfrenta con todo un aparato político y económico, compuesto por funcionarios electos surgidos del MPF, pero denunció a la vez que hay “estructuras foráneas” inmiscuidos en la elección. “Sabemos que hay gente de otras fuerzas políticas a las que les conviene que el Movimiento Popular Fueguino esté de rodillas y entregado como en estos últimos años”, deploró.
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