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Que la alegría no sea solo brasilera…

La relación bilateral con Brasil. Columna de opinión de Alfredo Leuco para el programa “Qué te parece” de radio AM Del Plata. Por Radio Fueguina, lunes a viernes de 14 a 18 horas.

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Primero Lula dijo que Messi era el mejor jugador del mundo y que envidiaba el coraje y el despliegue de los jugadores argentinos en la cancha. Después, Cristina confesó que sentía envidia por los industriales brasileros y por sus trabajadores que tienen una actitud permanente de defensa de lo nacional y de ganas de ser los mejores del mundo.

La imagen del presidente de Brasil celebrando la independencia con su esposa Marisa de un lado y con Cristina Fernández del otro es una de la mejores fotos que los argentinos hemos tenido ante la mirada del mundo en los últimos tiempos. Esa foto habla de sociedad, de hermandad, de confianza, de envidia… pero sana. Esa foto muestra cual debe ser nuestro camino en política exterior.

Codo a codo con Brasil. Reconociendo su liderazgo como potencia económica mundial pero sin someternos. Alianza estratégica con Brasil para construir una gigantesca locomotora de crecimiento con equidad de toda la región. Y una plataforma de lanzamiento al mundo. Para potenciar nuestras fortalezas comerciales y disimular nuestras debilidades. Para hacernos respetar ante los poderosos. Para generar cataratas de inversiones productivas que generen más riqueza y más trabajo para todos.

Esa foto de Cristina y de Lula es un mensaje de racionalidad que debe convertirse en política de Estado. Esa foto es la que nos acerca al futuro y nos aleja de Hugo Chávez. Hay que profundizar ese matrimonio político. Declararlo para siempre de interés nacional. Lograr una asociación de ayuda mutua entre Brasil y Argentina que no se interrumpa cuando cambien los gobiernos. Son abrazos de estado y deben ser abrazos de los pueblos. De nuestra culturas, de la parte complementaria de nuestra economía, con nuestros reales y nuestros pesos.

Para quitarle protagonismo al dólar. Para ganar en soberanía y en independencia. Para pararnos frente a Estados Unidos o < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />la Unión Europea con una actitud más digna y que genere mas respeto. Es verdad que los empresarios y los trabajadores de Brasil muchas veces nos provocan envidia. Pero los políticos también. Esa sociedad ha logrado parir otro tipo de dirigentes.

Hasta los militares dictadores de Brasil fueron menos sanguinarios en su represión y menos liberales en su economía. Ellos crecieron durante 8 años con un estadista como Fernando Henrique Cardoso y nosotros nos desbarrancamos con un malandra como Carlos Menem. Ellos miran con mucha simpatía el segundo gobierno de Lula, un líder obrero con muchos mas pergaminos combativos que los Kirchner que nos encerraron en actitudes caprichosas, muchas veces cargadas de revanchismos y rencores.

Brasil es nuestro hermano mayor. El grandote del barrio. El que nos puede ayudar y al que podemos ayudar. Ambos pueblos tenemos mucho que aprender uno del otro. Nosotros tenemos que querernos un poquito más como dijo el uruguayo Pepe Mujica. Levantar nuestra autoestima y generar las condiciones para producir mejores dirigentes. Como Cardoso o como Lula. Con la sensualidad y a pesar de la melancolía del tango, la esperanza de las chacareras y también – ¿ por que no? con las sonrisas que despierta el samba en las caderas.

Lula sugiere inventar un ritmo nuevo que mixture el tango y el samba. Que represente a Argentina y Brasil, integrados, siempre juntos. Para que la alegría no sea solo brasilera…

Por Alfredo Leuco

www.alfredoleuco.com.ar

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