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La visita de un enviado papal renueva un conflicto por Malvinas

La creación de la diócesis de Tierra del Fuego ha generado un desencuentro entre la Cancillería y la Iglesia. Es que el Vaticano quiere dejar fuera a las Islas Malvinas. Esperan que la visista del delegado papal ayude a destrabar el tema.

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Con expectativas muy positivas en la perspectiva de mejorar las relaciones entre < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />la Santa Sede y la Argentina, enfriadas por tres serios problemas, mañana por la noche viaja a Buenos Aires el «ministro de Relaciones Exteriores» del Vaticano, el arzobispo francés Dominique Mambertí.

La visita es privada porque el objetivo declarado del canciller de la Iglesia es participar en la consagración episcopal de monseñor Mariano Montemayor, que se realizará el miércoles en la Catedral metropolitana, con el cardenal Jorge Bergoglio también como oficiante.

El argentino Montemayor, un diplomático de carrera de la Iglesia, fue nombrado por el Papa como su nuncio apostólico (embajador) en Senegal y otras dos sedes concurrentes.

Pero hay buenas probabilidades de que la visita de monseñor Mambertí sirva para destrabar el problema de la creación de la nueva diócesis de Tierra del Fuego que ha pedido el Vaticano y que crea un delicado conflicto por la cuestión de la soberanía de Malvinas.

Antes eran sólo dos los problemas conflictivos. El primero por la designación del sucesor del obispo Antonio Baseotto como obispo castrense, nombramiento que debe tener el consentimiento del Gobierno, donde hay resistencias muy fuertes y el asunto se retuerce sin una solución a la vista.

La otra cuestión es la del embajador Alberto Iribarne, designado por el gobierno sin tener en cuenta que el ex ministro de Justicia es divorciado y conviviente. La Secretaría de Estado ha congelado el «plácet»: simplemente no responde ni responderá al pedido argentino.

La presidenta Cristina Fernandez y el secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, dialogaron 40 minutos en la sede de la FAO durante la asamblea mundial que trató la crisis alimentaria, hace tres meses.

El cardenal Bertone vendrá a Buenos Aires dentro de unos meses para celebrar los 30 años del comienzo de la mediación del Papa Juan Pablo II, que evitó una guerra entre Argentina y Chile por las islas del canal de Beagle.

Hay un tercer problema inesperado. El Vaticano pidió la autorización argentina para crear las nuevas diócesis nuevas de Esquel y Tierra del Fuego. Esta última tiene jurisdicción sobre las islas Malvinas.

El Vaticano no quiere incluir en esa jurisdicción a esas islas que causaron una guerra con Gran Bretaña en 1982. Las considera un caso especial y están bajo el «paraguas» de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que se ocupa de las misiones.

«Ningún gobierno argentino puede aceptar la posición de la Santa Sede pues significa ceder en nuestras reivindicaciones de soberanía en una forma muy peligrosa», dijo un diplomático.

Mambertí se encontrará con Guillermo Oliveri y seguramente con el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana. Crecen las esperanzas de que estos diálogos concluirán con buenos anuncios, sobre el problema Malvinas.

(Fuente: diario Clarín – Julio Algañaraz)