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La masacre de los Padres Palotinos

Uno de los hechos mas horrorosos dentro del horror y del terrorismo de estado generado por la dictadura militar. Columna de opinión de Alfredo Leuco, en el programa “Que te parece” de AM Del Plata.

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La masacre de los curas palotinos es uno de los hechos más horrorosos dentro del horror y del terrorismo de estado generado por la dictadura militar. Semejante hecho diabólico también es conocido como la masacre de San Patricio. Hoy se estrena una película sobre lo que ocurrió aquel 4 de julio de 1976 y que sus realizadores caracterizan como un acto de reparación frente a la justicia que nunca llegó.

Los detalles de la matanza definen la crueldad y el salvajismo de aquella banda de asesinos encabezados por Jorge Rafael Videla que tomaron por asalto el estado democrático. Estamos hablando de una dictadura que se autotitulaba como católica y defensora de los valores cristianos y que sin embargo perpetró el mayor crimen de religiosos que recuerda la historia de este país. Fueron asesinados tres sacerdotes y dos seminarista en la vieja parroquia de Belgrano.

Toda la información disponible prueba que fueron fusilados por la espalda por una patota de la tristemente célebre Escuela Mecánica de < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />la Armada entre los que se encontraba Antonio Pernía que por suerte y por la lucha de los organismos defensores de los derechos humanos, aunque por otras causas, hoy está preso.

Pablo Zubizarreta y Juan Pablo Young los responsables máximos de la película que recuerda los hechos que ocurrieron hace 32 años, se conocieron estudiando cine pero descubrieron que ambos tenían relaciones muy estrechas desde el punto de vista familiar y de vecindad con la parroquia y con los Palotinos. Las únicas imágenes que se tomaron del velorio fueron de la televisión norteamericana a la que los militares no se atrevieron a prohibirles la entrada. Tres curas y dos seminaristas fusilados por la espalda. Sangre por todos lados. Y sin embargo el velorio con los ataúdes abiertos solo fue cubierto por periodistas norteamericanos. Esto también habla del terror paralizante y de la feroz censura que existía en esos momentos. Y también de la complicidad de algunas jerarquías de la iglesia y de muchos medios de comunicación.

Aquel día nefasto las puertas de la iglesia estaban cerradas y los feligreses esperaban en la vereda. Nadie sabía que pasaba hasta que Rolando, un muchacho de 16 años que tocaba el órgano en la parroquia fue el que descubrió todo. Se metió por una ventana semiabierta del fondo y se encontró con los cuerpos y con la sangre derramada.

Los palotinos son curas católicos de origen irlandés que siempre tuvieron en primer plano su opción por los pobres y los marginados. Suena insólito y trágico pero el único condenado por lo que ocurrió fue el periodista Eduardo Kimel que investigó y escribió un libro sobre el tema. En los últimos tiempos la lucha del Centro de Estudios Legales y Sociales permitió que en el caso del periodista empezara a hacerse justicia. Pero la masacre de los curas palotinos sigue impune y eso nos obliga a recordarlos siempre. Santificados sean sus nombres. Así en la tierra como en el cielo. Se trata de mártires de la iglesia y de todos los argentinos. Se trata siempre de transformar el horror en memoria y en justicia.

Por los tiempos de los tiempos.

Amén.

Alfredo Leuco

www.alfredoleuco.com.ar

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