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En el reino K, no hay lugar para tibios

Columna de opinión de Alfredo Leuco. Programa «Que te parece» en Radio Del Plata.

La traición de Julio Cobos< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />

Jueves 26 de Jun de 2008

Por Alfredo Leuco

www.alfredoleuco.com.ar

Julio Cobos era un amigo y ahora es un traidor. Ya lo dijo el otro Julio, De Vido : “ no hay lugar para los tibios”. Así es la cosa en el reino de la arbitrariedad kirchnerista. El vicepresidente de < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />la Nación ahora se convirtió en un enemigo y como castigo lo tratan como un glaciar que está más cerca de la Siberia que del Calafate. El mecanismo es el de siempre. Le cortan el chorro. No lo saludan más. No le mandan más fondos. Lo ignoran como si fuera invisible. Ayer ni siquiera lo invitaron a un acto donde se anunció una obra pública importante para la provincia de Mendoza que Cobos gobernó hasta hace tan poco tiempo.¿ Lo invitamos a Cobos?, habrá preguntado el encargado de protocolo. ¿Cobos? No existe. Minga que lo vamos a invitar. Solo la Presidenta Cristina y el gobernador amigo Celso Jaque. Parecen chiquilinadas y caprichitos formales pero no lo son. Se trata de la manifestación pública de algo muy profundo , muy penoso y muy peligroso. La incapacidad que tiene el matrimonio Kirchner de aceptar la más mínima opinión distinta. Y lo más terrible es que eso los lleva a un aislamiento y a un encierro tan grande que ya no castigan las disidencias ideológicas o las rebeldías partidarias. En el caso de Cobos están castigando el sentido común. Néstor y Cristina han perdido el sentido común si es que alguna vez lo tuvieron y ahora no permiten que nadie que esté cerca de ellos lo tenga. Cuando la obstinación y el autismo autoritario mandan, el sentido común se convierte en una amenaza que hay que eliminar. Esto es lo más grave. Los Kirchner se están quedando cada vez más con los más convencidos y con los menos críticos. Y eso refuerza como un círculo vicioso su ceguera para ver los problemas reales y para identificar los verdaderos enemigos. ¿Qué cosa tan terrible hizo Julio Cobos ¿ Llamó al diálogo. En medio de tanto grito de guerra convocó a los gobernadores involucrados en el problema para escuchar sus opiniones. Algo tan sencillo como eso. Después hizo lo mismo con muchos intendentes. Lo que hace cualquier dirigente razonable en cualquier actividad en cualquier lugar del mundo. ¿Desde cuando escuchar las opiniones de los demás es una actitud conspirativa¿ Es la base de la convivencia democrática. ¿Qué otra barbaridad hizo Cobos? Se dio cuenta que los Kirchner estaban contra la pared y les ofreció la salida del Congreso de la Nación. Con una carta pública para que lo escuchen pidió que el tema de las retenciones móviles pasara por el Parlamento argentino como corresponde. En dos palabras: con esa idea, Cobos les tiró una soga a los Kirchner que se estaban ahogando. Pero la mezquindad y la ingratitud del matrimonio les hizo pensar que Cobos quería llevarse los méritos y por eso mandaron a la jauría a pegarle duro. Alberto Fernandez y los gobernadores Gioja y Scioli dijeron que no entendían porque Cobos hizo lo que hizo y encima lo acusaron de oportunista. Cobos era el símbolo de la Concertación Plural y por eso fue compañero de fórmula de Cristina. Hoy es el símbolo de la Des-concertación Singular que aqueja al gobierno que no para de inventarse enemigos y de potenciarlos hasta convertirlos en figuras importantes. A De Angeli el gobierno lo transformó en un líder carismático de los pueblos del interior. Si siguen atacando a Cobos lo van a convertir en un problema institucional gravísimo. No se puede ser tan intolerante para transformar en enemigo a alguien que hasta ayer era un amigo solo porque piensa distinto. No se puede borrar del mapa al vicepresidente de la Nación. No se puede ser tan suicida con las instituciones.

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