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La carta de D»Elía a Menem y Cavallo

Repasar la historia sirve para entender el presente. El pasado tenebroso del piquetero Luis D»Elía y su relación con el gobierno mememista, en una carta enviada en 1994.


Militantes hoy de la causa kirchnerista, son la cara visible de métodos extremadamente violentos para combatir la protesta del campo. Pero su origen explica a las claras su actuación actual, aunque de menemistas pasaron a kirchneristas sin ambages.


En 1994, Luis D’Elía (junto a Juan Carlos Alderete) firmaba una nota de pleno apoyo al gobierno de Carlos Menem, en la que expresaba que “puede contar con nosotros”.


Es llamativo el análisis que se hace en la misiva, acerca de la corrupción en el gobierno, que ya era evidente por entonces.


El co-firmante, Juan Carlos Alderete, es un ex obrero del gremio de los camioneros y de los metalúrgicos, sin trabajo reconocido desde haceunos 30 años. Ligado al Partido Comunista Revolucionario, arrastra un largo prontuario en la Policía Federal. A partir de su sociedad con Luis D’Elía, Alderete creció políticamente como organizador de los cuadros piqueteros. En 2000 fue el creador del recordado “Movimiento de Desocupados”. Pero antes, en 1997, fue protagonista de la célebre toma del Cabildo de Buenos Aires y, curiosamente, de numerosos cortes de ruta, práctica que hoy combaten y repudian ambos integrantes de las “fuerzas de choque” del gobierno nacional.


El siguiente es el texto de apoyo de la carta enviada por ambos al por entonces Presidente Menem y a su ministro de Economía Domingo Cavallo, reconocido como el autor intelectual de la destrucción de la producción primaria en la Argentina. Un documento que vale la pena conocer hoy.




TEXTO DE LA CARTA:




La Matanza y Morón, 7 de abril de 1994




Sr. Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos de la Nación.


Dr. Domingo Felipe Cavallo


Presente




De nuestra mayor consideración:



Con seguridad, 1989, quedará sin duda marcado en la historia de los argentinos, como el tiempo en que estallaron todas las variables económicas y la hiperinflación invadió la vida, la historia y las costumbres de los ciudadanos. La inmoralidad se puso el ropaje de la especulación y amenazaba con quedarse a vivir para siempre entre nosotros. Los dirigentes de las villas y los asentamientos multiplicábamos nuestros esfuerzos hasta el infinito. Todavía podemos recordar vivamente las largas y difíciles charlas con los compañeros, tratábamos de disuadirlos de cometer actos irracionales que, como los saqueos de San Miguel y La Matanza, segaron la vida de algunos de ellos.


Las largas colas en las ollas populares para conseguir un plato de comida, las interminables gestiones para proveer mínimamente de alimentos a los que, en medio de la desesperación, eran colocados al límite mismo del abismo. Ésta situación la padeció toda la sociedad argentina, pero en particular nosotros, los mas humildes hemos quedado marcados en la memoria y en la piel por el recuerdo de AQUELLO QUE NO QUEREMOS VIVIR NUNCA MAS.


El catastrofismo de ciertos intelectuales generadores de opinión, los análisis políticos de “Medio pelo” y los criterios de la pseudo intelectualidad hipócrita, intentan instalar en los medios masivos de comunicación una serie de cuestionamientos a la política económica que ni de lejos se asoma a la percepción que de ella tiene nuestro Pueblo, en especial los más humildes.


La estabilidad económica, el acceso a determinado tipo de crédito, la movilización de la obra pública (en particular en los barrios marginales), el fenomenal ordenamiento de la economía son, a pesar del abismo que intenta asestar ésta nueva forma de intelectualidad antipopular, una conquista irreductible que Pueblo y Gobierno, hemos alcanzado juntos, con la conducción política del Presidente Menem y con la invalorable pericia técnica de Ud. y su equipo de colaboradores. La desburocratización y la efectividad de la política social, el incremento de empleo y la calidad del mismo, juntamente con el sesgo exportador que nuestro país debe alcanzar, son metas pendientes que deberemos alcanzar juntos.


Tenemos motivos de sobra para tener Esperanzas, tenemos la certeza profunda de que estamos en el camino correcto, tenemos la decisión irreversible de acompañarlo en la construcción de un país donde una economía eficiente como la que Ud. conduce, pueda conjugarse con la Justicia Social, sin echar los esfuerzos del conjunto por la borda.


Queremos animarlo en la tarea emprendida, invitarlo a no dejarse desalentar por las voces del pasado y a seguir conduciendo la decisión que emana de sus convicciones más profundas, para seguir dando las batallas pendientes que sin duda harán de la Argentina uno de los grandes países de la tierra. Es cierto que quizá algunos funcionarios tendrían que obrar más cristalinamente pero, no es menos cierto, que la corrupción es tema y puntual y que, en algún momento, habrá que prestarle la atención debida, pero que al lado de las enormes cuestiones que usted ha podido resolver y plasmar en la cotidianeidad de los ciudadanos pierde su relevancia y peso específico.


Sepa ya, que sus habituales críticos intelectuales no se atreven a criticar públicamente los beneficios de la estabilidad, lo que grafica de alguna manera la carencia de modelos alternativos, no solo en la Argentina sino en la sociedad Universal contemporánea.


Sepa usted que puede contar con nosotros, que desde los humildes podremos hablar de sentir y de las necesidades de nuestro pueblo, para arrancarles las caretas a aquellos que con deshonestidad intelectual y desde las comodidades de la pequeña burguesía intentan hundirnos en la desesperanza y quebrar nuestro desarrollo como Nación.



Fraternalmente



Luis Ángel D’Elía DNI 12.894.313


Juan Carlos Alderete DNI 10.539.167




(Colaboración: Christian Bisso)


(Imagen: editado de TV, Canal 26)