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River quiso pero no pudo y Racing festejó el empate

En el Monumental igualaron 0-0. El equipo ‘millonario’ fue superior a la ’Academia’, pero no pudo convertir las situaciones que generó. Los visitantes apenas se acercaron al arco defendido por Carrizo. Ortega, quien era la figura de su equipo, salió lesionado

River Plate y Racing Club igualaron 0-0, en el estadio Monumental de Núñez, donde los locales lamentaron el punto porque buscaron pero no tuvieron ideas para doblegar a su rival, en un encuentro válido por la sexta fecha del torneo Clausuara.

Racing terminó un partido por la expulsión de Franco Sosa, bien echado por el árbitro Gustavo Bassi, quien dirigió en forma correcta.

River fue el único equipo de los dos que buscó la victoria, pero le faltaron ideas y la salida de Ariel Ortega, lesionado, terminó siendo clave porque los dirigidos por Diego Simeone a partir de esa situación perdieron en claridad y terminado siendo un conjunto muy desordenado.

En el primer tiempo quedó claro una cosa, que River quería ganar y que a Racing empatar no le sentaba mal. La estrategia de los de Avellaneda dio resultado en los 45 minutos iniciales pero gracias a una cuestión de fortuna, porque casi todo fue del conjunto de Núñez.

La primera situación de peligro la tuvo River, en una jugada que inició Cristian Villagra, quien cedió para Diego Buonanotte, éste desbordó por izquierda, envió un centro pasado que bajó Sebastián Abreu para que Ariel Ortega empujar la pelota al gol pero apareció Marcos Cáceres para salvar a Racing.

Después de esa situación en River creció Ortega jugando por derecha, Buonanotte por izquierda ganaba cuando se lo proponía, pero Radamel Falcao no participó del juego, quedando muy aislado Abreu.

Por eso, el dominio ejercido por River se diluía con el correr de los minutos, pese a que la sensación en el estadio Monumental era que cuando se lo propusiera abriría el marcador.

¿Racing? Poco y nada. La decisión de Miguel Micó de incluir un solo delantero de punta favoreció a River, porque Maximiliano Moralez al no llegarle la pelota bajaba a buscarla, algo que provocaba que Facundo Sava quedara muy alejado de todo lo que pasaba en el partido.

Lo llamativo de esta decisión del técnico de Racing es que River demostró a lo largo de este año que sus mayores problemas se encuentran en su zona defensiva, pero Micó le solucionó todos los problemas a los “millonarios”, resignando cualquier posibilidad de atacar.

Después de un descanso que se tomó River, los dirigidos por Simeone, pasado los 20 minutos, se decidieron a ir en serio a buscar el partido.

Lo tuvo Buonanotte, pero salvó Hilario Navarro. Luego casi la empuja al gol Abreu, pero salvó Adrián Bastía con lo justo dentro del área chica.

Cuando mejor jugaba River llegó una situación impensada, porque tuvo que dejar la cancha con una molestia muscular Ortega, algo que obligó a modificar a Simeone no sólo al mejor jugador de la cancha, ingresando Paulo Ferrari, sino que también el esquema táctico.

Ferrari se ubicó como volante por derecha, Augusto Fernández se corrió al medio, pasando a Buonanotte a ser enganche y Falcao punta con Abreu.

A todo esto los de Avellaneda deambulaban sin sentido dentro de la cancha y sólo la categoría de Maxi Moralez les daba una esperanza, como a los 33 minutos cuando el talentoso volante a pura gambeta dentro del área terminó su jugada con un remate que pasó cerca del ángulo derecho de Carrizo.

En los minutos finales, Buonanotte, ya en su función de enganche, aunque recostado sobre la izquierda, comenzó a hacer más diferencia y tuvo una situación clara, que pasó al lado del ángulo derecho de Navarro.

En el arranque del segundo tiempo Racing se adelantó unos metros en la cancha y se animó un poco más, generando peligro siempre con el solitario Moralez, quien en este equipo de Micó no tiene otra opción que arrancar la jugada y terminarla.

Lo de River en el comienzo fue todo confusión, porque el ingreso del chileno Alexis Sánchez por Augusto Fernández desordenó al equipo, que dependía exclusivamente de lo que pudiera hacer Buonanotte para generar peligro.

Tan malo fue lo de River en el segundo tiempo, que recién a los 23 minutos tuvo una chance de gol, con un remate Gerlo que pasó rozando el palo derecho del arquero Navarro.

Hasta llegar a la media hora de juego en el segundo tiempo eso fue casi lo único que pasó, porque Rodrigo Archubi, uno de los peores en River, tuvo el gol luego de un centro de Mauro Rosales, pero no le acertó al arco con la cabeza, con Navarro vencido.

Como en la etapa inicial, lo de Racing fue paupérrimo. Micó mandó a la cancha a Diego Manicero, quien volvió a demostrar, esta vez en el estadio Monumental, porque en Lanús era suplente de un suplente, paseando toda su intrascendencia por Núñez.

Con desesperación River fue a buscar la victoria, pero chocó con los dos zagueros de Racing, quienes se transformaron en las figuras de la cancha, rechazando todo lo que les llegaba para mantener el cero en su arco.

Las pocas veces que los delanteros millonarios pudieron vulnerar a los centrales crearon peligro pero ahí se encontraron con un seguro Navarro, quien cerca del final le tapó, con ayuda después del travesaño, el gol a Rosales en un mano a mano.

Sobre el final del partido Racing se quedó con uno menos por la expulsión de Sosa y fue todo sufrimiento, pero como River fue todo impotencia terminó festejando el empate.

Por Carlos Juvenal – Telam