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Palido empate con sabor a poco

Estudiantes y River empataron en partido que dejó poco para analizar, y menos para los hinchas

Para River, el desafío ante Estudiantes, en esta ciudad, aparecía como un oportunidad interesante para ver dónde está situado su juego en este arranque de año. El equipo que dirige Diego Simeone visitaba a uno de los conjuntos más destacados del fútbol argentino, con la misión de sumar de a tres para seguir bien prendido en la lucha por el torneo Clausura. Pese a las promesas de un encuentro electrizante, ambos quedaron en deuda y apenas igualaron 0 a 0, en un match en el que los platenses contaron con las situaciones más claras. Gustavo Cabral fue expulsado en el visitante.

Con el punto, River suma a 8 puntos y está cinco de Vélez, el líder del certamen. Sin embargo, el club de Núñez debe completar los 9 minutos del match en el que está venciendo a San Martín, de San Juan, por 3 a 2. Estudiantes se ubica cerca, con 10 unidades.

El partido prometía mucho más de lo que mostró en el comienzo. Las expectativas creadas durante la semana pasaban no sólo por todos los condimentos que se presentaban para el último partido de la fecha, entre ellos el recibimiento de la gente de Estudiantes a Simeone, su ex DT, y el saludo entre éste y Juan Sebastián Verón. Pero todo lo que prometía la previa no se cristalizó en el desarrollo de los primeros 45 minutos. Si bien Lugüercio tuvo una clarísima apenas al minuto de juego, debieron pasar 20 minutos hasta la llegada de una nueva ocasión de riesgo.

De todas maneras, dentro de un encuentro muy trabado en la mitad de la cancha y de poca creación de tres cuartos hacia arriba, fue siempre Estudiantes el que intentó y el que dispuso de las oportunidades más claras para convertir. De hecho, tras un tiro libre de Benítez, Alayes rozó la pelota al gol, pero la jugada fue invalidada por Pezzotta por posición adelantada, muy cuestionada, del defensor pincha.

Apenas cinco minutos después, Moreno y Fabianesi sacó un preciso remate que parecía clavarse en el ángulo izquierdo de Carrizo, pero el arquiro de River se estiró magníficamente para enviar la pelota al córner. Estudiantes ya había consolidado su dominio y River, que había salido a la cancha con una formación que se presumía ofensiva, se limitó a dar pelea en la mitad de la cancha.

Inesperadamente, la chance más clara de la primera etapa fue para River, que casi no había llegado a inquietar a Andújar. Abreu recibió en soledad un centro en el punto del penal que le quedó algo atrás y definió muy mal ante Carrizo. El complemento no fue bueno. River no mejoró y generó poco fútbol. Salvo algún chispazo de Ortega, el equipo millonario careció de imaginación y de juego asociado para pensar en la victoria o en por lo menos conseguir algún gol, algo que no logró en ninguno de los tres partidos que jugó como visitante durante el ciclo de Simeone.

Estudiantes, sin la superioridad física que mostró en la primera mitad, también se vio limitado y tampoco llegó con demasiada claridad al arco de River. Igual, complicó con los balones detenidos, cuando Alayes y Desábato iban y todo el estadio soñaba con una pelota parada que deparara en un éxito. Salvo una acción en la que Verón buscó a Bogado, que ingresó en el segundo tiempo, y el paraguayo envío un centro para que se anticipara Piatti y se luciera otra vez Carrizo, no hubo acciones claras de riesgo.

Ya sin Ortega en la cancha, que debió salir tras chocar con Alayes a los 33 del complemento, River se mostraba aún más lejos del arco rival. Para peor, a los 36, fue expulsado Cabral por doble amonestación. Estudiantes fue a buscar, aunque ya no hubo tiempo. Fue 0 a 0 y ambos quedaron en deuda.

Fuente: La Nación