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Rescatan en Río Negro a un pingüino de penacho amarillo empetrolado

Lo encontraron en la desembocadura del río Negro, y aunque se desconoce cómo llegó allí creen que forma parte de la colonia de la especie que hace 20 años existe en Puerto Deseado.

Abre las alas en busca del sol y camina de un lado a otro, aunque cuando María Eugenia Picerno, la veterinaria que está a cargo de su recuperación, se le aproxima, el animal se aquieta como si ya reconociera en ella una presencia amiga.

El pingüino empetrolado apareció en la zona de la desembocadura del río Negro y rápidamente fue asistido por los técnicos del Área de Fauna de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, que decidieron trasladar al ejemplar a San Antonio Oeste donde se completará su rehabilitación para luego regresarlo al mar.

Se trata de un penacho amarillo (Eudyptes chrysocome), que si bien tiene presencia regular en las costas de la provincia de Buenos Aires hasta el Pasaje de Drake (tramo que separa a América del Sur y la Antártida).

“Su comportamiento es más calmo que el de los pingüinos magallánicos, que son la variedad que es más común en esta zona. A él, por lo que sabemos, lo encontraron en la desembocadura del río Negro, y aunque se desconoce cómo llegó allí tal vez forme parte de la colonia de la especie que hace 20 años existe en Puerto Deseado, Santa Cruz. Quién sabe” especula Eugenia.

El eje de esas inquietudes es el pingüino de penacho amarillo que días atrás fue hallado empetrolado en Viedma, y tras ser rescatado por técnicos del área de Fauna de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable fue traído a San Antonio para que Picerno, que posee experiencia en este tipo de rescates, evalúe y disponga medidas para ayudarlo a recuperarse.

“Mi veterinaria está en San Antonio, pero lo traje a mi casa (que está en el balneario) porque hay más espacio para asistirlo” cuenta la profesional.

 

Otros diez días

El ave llegó el lunes, y ayer recibió el tercer baño de desempetrolamiento. El proceso, según estima la veterinaria, durará 10 días más. Y aunque afirma que no puede asegurar nada confiesa que su pronóstico “es bueno”.

“Cuando llegó no estaba completamente empetrolado. Ésos, que terminan cubiertos de material, no tienen salvación. Él tenía una mancha que ocupaba su pecho, un costado y la zona del ala. También sus patas, aunque ésas son más fáciles de limpiar” relata.

Ahora, tras las sucesivas limpiezas, sólo posee una sombra amarronada que si todo va bien se irá borrando día tras día.

“Es el tercer pingüino con este problema que recibo en 25 años, pero el primero de su especie” prosigue la médica. Y asegura que a los baños se suma otro punto clave para la recuperación, que es “la alimentación, porque los pingüinos deben comer mucho para recuperar peso, porque rápidamente expulsan gran parte de lo que ingieren”.

 

Es difícil alimentar un pingüino

En su hábitat natural el paciente de Picerno ingeriría camarones, pero como en la zona no existen desde que llegó lo están alimentando “con anchoas y pejerrey”.

El proceso no es fácil, ya que como el animal está acostumbrado a ingerir alimentos vivos no acepta el pescado. “Debemos abrirle el pico y meterle los bocados. También a través de una sonda le damos agua, porque ellos beben agua de mar que mediante un proceso orgánico desalinizan, e incorporan también mucho líquido de las presas que comen” aporta la mujer.

Alimentarlo no es fácil. “Come cuatro veces al día. Pero como tiene mucha fuerza yo necesito ayuda para que alguien le abra el pico mientras le introduzco el alimento. Por suerte está Bruce, mi esposo, que se da maña para hacer este proceso solo” agrega Picerno. Por fortuna, su aumento de peso marcha tan bien como el proceso para desempetrolarlo.

“Ya no se le nota tanto la quilla [hueso del pecho] como cuando llegó. Y eso indica que está más gordito”, señaló la veterinaria que atiende al pingüino.

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