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Dos aventureros unirán la Patagonia a través del aire

«Patagonia desde el Cielo» se llama el proyecto de dos amigos que volarán rutas libres y no comerciales para armar un archivo de videos y fotos aéreas de la Patagonia. Recorrerán más de 6000 km en 18 días.

Matías Arbotto y Fernando Endrigo, dos amigos argentinos, comparten las motivaciones que empujan esta travesía: la pasión por volar y la fascinación por el paisaje austral de nuestro país.

Ambos recorrerán más de 6000 km en 18 días y durante más de 40 horas de vuelo para captar vistas impresionantes de este territorio inasible por su inmensidad y su clima hostil.

El gran banco de imágenes serán compartidas desde IdentidadAustral.com, el sitio oficial de la travesía y a través de su Facebook.

El recorrido de Matías y Fernando intentará revelar, a través de la fotografía aérea, una forma atípica de ver y experimentar la Patagonia.

El recorrido

La travesía tendrá inicio la segunda semana de octubre desde Buenos Aires con dirección al sur y en paralelo al océano atlántico, pasando por Bahía Blanca, San Antonio Oeste, Puerto Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia, Rio Gallegos, Rio Grande, Tolhuin y Ushuaia, desde esta ciudad austral, se emprenderá la vuelta rumbo al norte por las regiones cercanas a la Cordillera de los Andes, atravesando El Calafate, Perito Moreno, Esquel, Cholila, Lago Puelo, El Bolsón, San Carlos de Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Neuquén y Zapala.

Desde allí Matías y Fernando volverán a la zona pampeana desde Santa Rosa y retornarán a Buenos Aires. El viaje no mostrará la Patagonia únicamente desde el aire, sino también con los pies sobre la tierra: durante las paradas en las mencionadas ciudades y pueblos, Matías retratará los lugares y escenas más representativas de la vida cotidiana que hacen a la identidad austral de esos lugares.

Un avión monomotor americano biplaza será el único vehículo de esta travesía. Se trata de una aeronave que por las características de su motorización está limitada en peso y velocidad, por lo que los pilotos deberán adaptarse a las condiciones impuestas por el clima y la geografía de cada región.

Por la capacidad del vehículo, Matías y Fernando deberán reducir el peso de su equipaje a lo mínimo indispensable: viajarán con un solo juego de ropa a modo de uniforme y un bolso de mano cada uno. El resto del espacio disponible en el avión está reservado para el equipo de cámaras profesionales que se usarán desde la cabina, además de las GoPro instaladas en las alas del avión.

El clima, el peor enemigo

El clima será el mayor adversario de la travesía, con vientos de más de 100 km/h y las temperaturas negativas pondrán en riesgo la seguridad durante el vuelo. En este contexto desfavorable los pilotos deberán hacer frente a la principal causa de accidentes aéreos: el engelamiento. Se trata del fenómeno que compromete la estabilidad de las aeronaves por la formación de hielo en sus superficies.

Las condiciones de seguridad durante el vuelo estarán limitadas por factores a los que ambos tripulantes deberán estar atentos, pero que no controlarán directamente; las avionetas son especialmente vulnerables a la acumulación de hielo en sus fuselajes y el clima en la Patagonia reúne las dos causas que provocan la congelación atmosférica: las partículas de agua suspendidas en el ambiente y temperaturas bajo cero.

Matías y Fernando son amigos hace más de 10 años. Juntos, enfrentarán no sólo las condiciones climáticas más adversas, sino también la soledad que suponen las amplias distancias y sus silencios.

«Muchos nos preguntan por qué elegimos el aire para vivir la Patagonia, cuando es más seguro agarrar el auto y viajar por la ruta 40. Para nosotros este viaje es una experiencia para enfrentarnos a nuestros propios límites y a los que nos quiera imponer la Patagonia: no es un recorrido turístico. La gente se sorprende cuando le contamos que nuestro disfrute no estará en sacar fotos a más de 10.000 pies de altura, sino en la sensación de poder estar presentes en esa región tan extrema a merced de fuerzas que no podemos controlar» explica Matías.

El viaje de estos dos amigos argentinos pondrá en evidencia que el sur es una unidad de paisajes y experiencias tan potentes como los vientos que sacudirán de un lado a otro el avión de esta expedición.

Los Pilotos

Matías Arbotto: Matías recorrió el sur de Argentina antes y después de la erupción del volcán Puyehue. En ese momento bisagra para las regiones cordilleranas comprendió que el sur no era únicamente su destino favorito para vacacionar, sino su lugar en el mundo. Ante la pérdida momentánea de los paisajes verdes y naturales, Matías encontró allí algo que ninguna catástrofe natural supo llevarse: la forma de disfrutar la vida desde la grandeza de lo más simple. Luego de trabajar durante 12 años como productor de medios de comunicación, se instaló definitivamente en Villa La Angostura y fundó Identidadaustral.com, portal íntegramente dedicado a difundir (a través de la fotografía) la experiencia de recorrer la Patagonia. “Patagonia es una sensación visual que es muy difícil expresar con palabras, por eso la fotografía es una gran forma para transmitir las característica de un territorio donde las formas que adquiere el espacio son únicas e indescriptibles”.

Fernando Endrigo: Fernando heredó la pasión por la aeronáutica de su padre. Desde los 10 años recorrió Argentina para volar parapentes, planeadores, aviones a reacción, helicópteros y ultralivianos. En poco menos de tres décadas (hoy tiene 29 años) acumuló más de 1000 horas de vuelo que lo avalan como piloto comercial e instructor de vuelo. Sin embargo, la Patagonia representa su mayor desafío: la magnificencia de los paisajes que sobrevolará y la rigurosidad de los factores a controlar para volar en forma segura resultan una combinación innegable para su espíritu temerario. “La Patagonia está asociada con la idea de utopía, de ausencia de límite. Es una región que es pura provocación: para nosotros es la experiencia de desafiar una frontera, de poder hacerle frente a un clima que no da tregua, que a veces no te deja aterrizar a salvo o siquiera despegar”.

(Fuentes: El Patagónico, Tiemposur, Diario Jornada)

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