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Polémico sistema de vigilancia en Santiago de Chile

Dos de las comunas más ricas de la capital chilena utilizan globos aerostáticos con cámaras de alta definición para vigilar día y noche zonas pobres.

Dos de las comunas más ricas de Chile pusieron en marcha un polémico sistema de vigilancia con globos aerostáticos, con capacidad de reconocer a una persona a más de un kilómetro y medio de distancia, enfrentando a la seguridad con el derecho a la privacidad.

Anclados en dos de los casi únicos focos de marginalidad que aún persisten en las ricas comunas de Las Condes y Lo Barnechea, en el oriente de Santiago, los globos vigilan día y noche, con lluvia, sol o nubes un radio de 30 cuadras a la redonda (alrededor de tres kilómetros).

De 5 metros de diámetro y ubicados a unos 150 metros de altura, los globos de color blanco están dotados de cámaras de alta definición y un apuntador láser con capacidad de reconocer a una persona en movimiento a una distancia de 1.600 metros.

En Las Condes, uno de los globos vigila el sector de Colón Oriente, la única población pobre que persiste en la comuna, mientras que en Lo Barnechea el sistema apunta directamente al campamento empobrecido de Juan Pablo II.

Con frágiles casas de madera y latón, sin áreas verdes ni urbanización, este lugar se ubica frente a una de las zonas con mayores ingresos per cápita de Chile, evidenciando con fuerza la desigualdad social y urbana que existe en la capital chilena.

La tecnología, de origen israelí, es la respuesta de los alcaldes de estas dos comunas ante una creciente sensación de inseguridad de los chilenos, que no se relaciona con un aumento de los delitos sino con una mayor violencia de éstos, de acuerdo con datos oficiales.

Hoy las personas demandan más seguridad, porque lamentablemente el gobierno no le ha dado la prioridad necesaria y las policías no tienen herramientas”, dijo el opositor alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, al presentar los nuevos aparatos hace dos semanas.

Sin embargo, Chile tiene una de las tasas de homicidios más bajas de América Latina (4,6 asesinatos por cada 100.000 habitantes), mientras que su capital, Santiago, de casi 7 millones de habitantes, no está mencionada en la lista de las 50 ciudades más violentas del mundo.

Algunas organizaciones alertaron sobre la violación de la privacidad de las personas, residentes o visitantes ocasionales, que supone esta tecnología de vigilancia.

Este tipo de medidas son particularmente intrusivas; no son equivalentes a las cámaras del tránsito. Son cámaras que tienen capacidades militares, muchas de ellas han sido utilizadas en la Franja de Gaza y para las políticas fronterizas en la frontera entre Estados Unidos y México”, criticó a la AFP Claudio Ruiz, director de la ONG Derechos Digitales.

Esto viola los derechos constitucionales de la privacidad, porque esta tecnología no distingue respecto a si lo que se está grabando es el patio de un vecino o es la calle o si lo que se está grabando es el interior de una casa o a niños jugando en una plaza”, agregó.

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