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Cerca de su sanción la nueva ley contra el desperdicio de alimentos

El proyecto de la Ley Donal se aprobó con modificaciones en Diputados, por lo que volverá a ser tratada en el Senado. Saldría en agosto.

La crisis alimentaria es una dura realidad que enfrenta nuestro país, en donde una de cada cuatro personas son pobres. Y la mayoría de los legisladores nacionales comprendieron que, aunque no soluciona todos los problemas, era necesaria una nueva ley que incentive la donación de alimentos por parte de las empresas.

Se trata de productos que no pueden ser comercializados (se encuentran próximos a su fecha de vencimiento, tienen problemas de etiquetado o packaging, no tuvieron éxito comercial o son productos estacionales), pero que están en perfecto estado para ser consumidos y mantienen su valor nutricional.

El problema es que, desde 2004 hasta hoy, la responsabilidad de los efectos que pudiera producir el alimento recae exclusivamente en el donante. Esto provoca que se tiren 16 millones de toneladas de alimentos por año en Argentina.

«El problema era que los donantes eran responsables también de la fecha posterior. Es decir, si la empresa entregaba la mercadería dos meses antes (de su vencimiento) y se repartía cinco meses después o en la casa se usaba cinco meses después, tenía responsabilidad”, indicó durante el debate la diputada Elisa Carrió, una de las impulsoras del proyecto.

Por eso, el miércoles 4 de julio, la Cámara de Diputados aprobó con modificaciones la Ley Donal (145 votos afirmativos, 49 negativos -del FPV-PJ- y 2 abstenciones), que busca reincorporar el artículo 9 al Régimen Especial para la Donación de Alimentos. Este artículo limita la responsabilidad del donante para fomentar este acto altruista y disminuir el desperdicio brutal que existe en la actualidad.

“De ninguna manera esto habilita la donación de mercadería vencida o en mal estado; lo que hace es no adjudicar responsabilidad al donante por demoras en la distribución o el consumo”, sostuvo Carrió.

 

Aptos para consumo

Según explicó Marisa Gastaldi, integrante de la comisión directiva de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, “los productos que se donan tienen que ser aptos para el consumo humano, no estar vencidos y deben cumplir con todos los requerimientos del Código Alimentario”.

En cuanto al proyecto, “el cambio más importante tiene que ver con que sacaron del Art. 9 la presunción de buena fe del donante pero, de fondo, el artículo apunta a los fines que buscábamos: limitar la responsabilidad del donante de alimentos al momento previo a la donación”, indicó. Es decir, “el donante es responsable hasta el momento de la entrega”.

Ahora el proyecto modificado vuelve a la Cámara Alta para su sanción definitiva, que podría ocurrir a fines de agosto. Algo que esperan con ansias los Bancos de Alimentos de todo el país (fundaciones que contribuyen a disminuir el hambre mediante el recupero de alimentos) y millones de personas, en su mayoría niños, en situación de vulnerabilidad.

 

«Un escándalo moral»: datos que alarman

“En Argentina se pierden 16 millones de toneladas de alimentos (por año) y tenemos un 27 por ciento de personas pobres”, sostuvo Carrió en la Cámara de Diputados. La legisladora de la Coalición Cívica subrayó que “la lucha contra el hambre es un escándalo moral, no podemos tener población con hambre cuando sobran alimentos y cuando se desperdician en estado de uso”.

En este sentido, el Banco de Alimentos Córdoba trabaja junto al Mercado de Abasto para recuperar semanalmente más de 700 kilos de frutas y verduras que luego son repartidos entre los casi 18 mil beneficiarios azotados por la pobreza.

En su gran mayoría, son niños menores de 12 años que no consumen las cinco porciones de frutas y verduras por día, recomendadas por el Ministerio de Salud para una buena nutrición y un correcto desarrollo físico y cognitivo.

 

(Cadena 3)

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