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«Hen», el pronombre neutro que Suecia incluye en su diccionario

El uso del ‘hen’ para evitar lo masculino o lo femenino se dispara entre los jóvenes y ahora se vuelve oficial en el país escandinavo.

Fiel a su fama de país pionero en igualdad de género, Suecia incorporará un pronombre personal neutro a su diccionario oficial. Además de utilizar el pronombre masculino han (él) y el femenino hon (ella), ahora los suecos también podrán usar hen, que no tiene género. La palabra fue introducida por el movimiento feminista hace algunas décadas y sirve para referirse a una persona sin necesidad de especificar si es hombre o mujer, ya sea por ser éste un dato que se desconoce o porque saberlo es simplemente irrelevante. Hen también se puede utilizar para hablar de las personas transexuales o aquellas que no se identifican con ninguno de los dos géneros.

El cambio es una de las principales novedades que incluye la última edición del SAOL, el diccionario de referencia de la lengua sueca. La obra, que saldrá publicada el próximo 15 de abril, es revisada cada 10 años por un equipo especializado de la Academia Sueca, el mismo organismo que cada año se encarga de entregar el premio Nobel de Literatura.Tras varios años de encendidas discusiones, el reconocimiento oficial de este pronombre supone una victoria para las feministas.

Inspiradas en el pronombre neutro hän, que existe desde hace siglos en la vecina Finlandia, las primeras en proponer su incorporación al vocabulario sueco fueron las asociaciones de mujeres. Corrían los años sesenta y lo sugerían como alternativa al predominio del pronombre masculino en situaciones que hacen referencia a hombres y mujeres por igual. Para sus defensoras, la fórmula neutra era una manera sencilla de promover la igualdad, evitando al mismo tiempo otras soluciones más engorrosas, como el uso de la expresión «él o ella» cuando no se sabe si el sujeto del que se habla es un hombre o una mujer.

Su difusión, sin embargo, nunca acabó de despegar y el término permaneció ligado a los círculos feministas, hasta que, con el inicio del nuevo milenio, la comunidad transexual lo volvió a apadrinar. En estos últimos años, ha ido divulgándose cada vez más en la sociedad, hasta el punto de que, en la actualidad, «aparece al menos una vez al día en los periódicos más importantes, en carteles de publicidad, libros de texto, blogs y foros de internet. Lo utilizan políticos, profesores de escuelas y universidades. Ha habido algún caso incluso en el ámbito de la Justicia. Pero, sobre todo, son los jóvenes los que más rápidamente lo están incorporando a su vocabulario», explica la especialista Karin Milles, de la Universidad de Södertörn. Su amplia generalización es de hecho lo que ha llevado a la Academia Sueca a incluirlo en su diccionario.

La Vanguardia

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