La vida en 1810
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25 de Mayo: Secretos y curiosidades de la vida cotidiana en 1810

Con diferencias sociales marcadas y riesgos de epidemias, la Argentina crecía desde el puerto hacia el interior. La carne era gratis en ese entonces.

En 1810, la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se había expandido hasta alcanzar los 6,15 kilómetros cuadrados y era habitada por casi 40 mil habitantes.

En 1810, la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se había expandido hasta alcanzar los 6,15 kilómetros cuadrados y era habitada por casi 40 mil habitantes.

La falta de recolección de residuos, sumada a las aguas estancadas y los animales muertos era una de las causas de enfermedades de la época en una ciudad con apenas dos hospitales y 8 médicos. Las fiebres catarrales, la sífilis, la rabia, la tuberculosis y el tétano eran enfermedades habituales en la Buenos Aires colonial, que había sido víctima de tres epidemias históricas: en 1805 de viruela, de sarampión en 1809 y de disentería entre 1810 y 1812.

El transporte más popular era el caballo y sólo los pudientes se movilizaban en carruaje.

La vestimenta entre la clase alta era confeccionada con telas europeas mientras que la ropa más común entre las clases populares, el poncho o ruana provenía de telares artesanales que tejían la lana de guanaco y vicuña.

La gastronomía incluía comidas como puchero, carbonada, sábalo frito o guisado; empanadas con carne o pichones; asado de vaca, locro. Muchas comidas llevaban carne ya que el ganado era cimarrón y tenía escaso costo o nulo. Los postres más habituales eran la mazamorra, arroz con leche, yema quemada, torrejas y pastelitos con dulce de membrillo o batata.

Vida cotidiana en 1810

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