Ya pasó una semana, pero las partes aún no se ponen de acuerdo. Es más: ni siquiera ellos logran establecer qué modalidad seguir a continuación. Hace siete días comenzó un «paro por tiempo indeterminado» en la frontera chilena, encabezado por la Asociación Nacional de Funcionario de Aduana de Chile (ANFACH), en reclamo por mejores condiciones de trabajo en los pasos fronterizos del vecino país.
Sin embargo, al día de hoy este paro improvisado, desprolijo e intransigente pone en jaque a diario la soberanía fueguina, obligando a la población de Tierra del Fuego a ser rehenes de un conflicto que les es ajeno.
En la jornada de hoy, sólo por citar un ejemplo, recién en horas del mediodía se decidió volver a abrir una ventana de atención, de 12 a 14 horas, por lo que no hubo un tiempo prudencial para que la gente pueda organizar un viaje, que ya de por sí es complicado debido al estado de las rutas y los trámites burocráticos.
Mientras tanto, la Cancillería parece haber suspendido las gestiones que lograron, el pasado fin de semana, destrabar al menos el conflicto en la zona magallánica. Por otro lado, los gobiernos de otros países afectados sí demuestran un verdadero interés en devolverle la soberanía a sus fronteras. Nación, mientras tanto, dedica todos sus esfuerzos a una campaña electoral centrada, como siempre, en Buenos Aires.
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