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Lucas Matthysse dejó una pobre imagen en Estados Unidos

El chubutense fue derrotado por el invicto Viktor Postol. Tocó la lona en el décimo y esperó la cuenta arrodillado. Polémica por el impensado abandono.

El chubutense Lucas Matthysse perdió anoche por nocaut en el décimo round su pelea ante el invicto ucraniano Viktor Postol por el título mundial superligero CMB que se hallaba vacante.

Una derecha cruzada que tomó a Matthysse (63,230 kilos) cuando intentaba atacar dejó al patagónico arrodillado y resignado, antes y después de que la cuenta resultara definitiva.

«No me salió nada esta noche» y «es el campeón del mundo y lo quiero felicitar» fueron los primeros comentarios que brotaron desde la profundidad y la sinceridad de Matthysse, quien dejó la impresión de que perdió más que una contienda, más allá de que era especial por el cetro que estaba en juego.

El combate en el que el sureño decepcionó se realizó en el StarHub Center de Carson, en California, Estados Unidos.

Si bien La Máquina distó de mostrar su mejor y más temerario funcionamiento, al menos fue el que buscó y asumió la iniciativa y el gasto hasta el octavo capítulo, ante un Postol (63,230) que le llevaba una ventaja de 11 centímetros y se cuidada de evitar que las acciones sucedieran en la corta distancia.

Matthysse era el que pretendía y trataba ante un oponente calculador, especulador y que trabó hasta superar el límite de lo exagerado.

Mientras el oriundo de Trelew conseguía conectar sus manos más potentes en forma aislada a lo largo de tanta cacería, Postol seguía aportándole demasiado poco a la confrontación, dejando la sensación de que su apuesta apuntaba al desgaste y la impaciencia del noqueador.

Sí quedaba claro por entonces que Matthysse era muy permeable, más precisamente un blanco fácil, cuando el ucraniano decidía combinar sus manos para replicar o recurrir a un ataque pasajero.

Pero en el octavo segmento todo comenzó a cambiar y el destino de la pelea tuvo un giro hacia lo que sería definitivo.

Una respuesta del ucraniano lo conmovió a Matthysse y desde entonces el nuevo monarca superligero se activó, dejó su rol pasivo y le sumó un problema serio a quien debía atacar y no daba con la distancia conveniente y se mostraba excesivamente desprovisto de una defensa eficaz.

Así fue que en el décimo capítulo quedó en evidencia que Postol disponía de más recursos de los que había utilizado en un período tan largo del pleito y que Matthysse en ningún momento de la noche californiana alcanzó el nivel que lo había convertido en el favorito.

El trelewense, a los 33 años, quedó con un récord compuesto por 37 victorias, 34 antes del límite, y cuatro reveses. En tanto, El Hombre de Hielo, de 31 años, ostenta un palmarés conformado por 28 triunfos en igual cantidad de peleas, 12 de ellos por nocaut.

En definitiva, la mano vencedora fue la del Hombre de Hielo y es a él a quien se le abren las puertas más favorables, al menos en lo inmediato. Matthysse dejó muchos interrogantes, no fue el de las grandes noches en Estados Unidos.

«Preferí seguir teniendo mis dos ojos»

Dolió y mucho. Verlo allí, derrumbado sobre el tapiz, con los ojos humedecidos, con la ilusión de todo un año despedazada en treinta minutos. Pero más dolió verlo desdibujarse en el ring, ver cómo dejaba escapar una oportunidad que no se sabe si volverá a repetirse. Anoche, el argentino Lucas Martín Matthysse no pudo consagrarse campeón mundial superligero CMB al caer derrotado por nocaut técnico en el décimo round frente al ucraniano Viktor Postol , en el StubHub Center de Carson, California.

Esta dura derrota de Matthysse sorprendió mucho más por la imagen que dejó el chubutense que por el resultado -que entre boxeadores de este nivel se puede dar en cualquier momento-. Y allí es donde se debe bucear para intentar encontrar explicaciones. Los nervios de Lucas fueron más importantes que lo que aportó Postol con todo su boxeo tedioso, estilista y mecanizado. «Se gana y se pierde. Hoy me toco perder. Preferí quedarme en la lona y seguir teniendo mis dos ojos», adujo Matthysse, minutos después del combate.

Durante los primeros rounds, el chubutense despertó la ilusión los 6.000 latinos presentes en el estadio, cuando fijó condiciones de dominio sobre el ring frente a un rival diez centímetros más alto. Sin embargo, con el correr de los minutos cayó en la trampa que le tendió Postol, quien apeló continuamente al clinch para que el argentino no pudiera acortar la distancia con comodidad. El ucraniano, de 31 años, hizo un uso muy inteligente de su jab y así pudo sacar provecho de su mayor altura y largo de brazos.

Matthysse, quien era favorito en las apuestas, se mostró más ambicioso que su rival en los rounds 5, 6 y 7; en ese parcial conectó su mejor golpe: un derechazo que impactó de lleno en el rostro de Postol. Parecía que «La Máquina» iba a inclinar la balanza a su favor desde entonces, pero nada de eso sucedió. Por el contrario, Matthysse dejó al descubierto sus falencias defensivas y dificultades para sostener físicamente una pelea de largo aliento.

Promediando el décimo round, Postol lo sorprendió con un uppercut y lo envió a la lona. Visiblemente sentido, escuchó la cuenta de protección del árbitro Jack Reiss sin intenciones de continuar. «Me explotó una mano en el ojo, sentí un dolor fuerte y por miedo a que fuera un desprendimiento de retina no me levanté», explicaría.

El futuro

Retirado Sergio Maravilla Martínez , de vacaciones prolongadas Marcos Maidana y con Omar Narváez atravesando el crepúsculo de su carrera, Matthysse estaba llamado a ser el encargado de sostener el boxeo argentino en el primer nivel mundial. Pero anoche, la potencia del invicto ucraniano Postol (28-0-0, 12 ko) fue devastadora para sus aspiraciones de gloria. «Me bloqueé, no me salió nada; Postol me frustró. Le pido disculpas a toda la gente que estuvo pendiente de mí», agregó el chubutense, todavía conmovido.

Con esta derrota Matthysse quedó con un récord 37 triunfos (34 KO), cuatro derrotas y una pelea sin decisión y ahora las chances de enfrentarse al filipino Manny Pacquiao, tal como pretendía su promotor Oscar De la Hoya, parecen dilatarse. «Primero me tomaré unos días de descanso y después me pondré a pesar bien qué pasos dar», concluyó Matthysse, profundamente apenado por la derrota.

(La Voz, DyN, La Nación)

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