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Chile se abre a legislar sobre el aborto terapéutico

El gobierno de Michelle Bachelet anunció que antes del 31 de enero enviaría al Congreso una iniciativa para despenalizar el aborto en caso de riesgo para la madre, violación e inviabilidad fetal.

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El gobierno de Michelle Bachelet anunció que antes del 31 de enero enviaría al Congreso una iniciativa para despenalizar el aborto en caso de riesgo para la madre, violación e inviabilidad fetal.
Después de liderar la organización ONU-Mujer tras concluir su mandato entre 2006 y 2011, Bachelet decidió impulsar en su nuevo gobierno una ley que no consideró en su primera gestión.
Legisladores oficialistas repondrán sobre la mesa la discusión de proyectos sobre aborto terapéutico que dormían en el Congreso.
«Chile debe dejar de vivir en el oscurantismo y ser parte de los pocos países del planeta que se niega a legislar sobre esta materia», dijo el senador socialista Guido Girardi, promotor de una de las iniciativas.
Pero no todos están de acuerdo. Grupos conservadores consideran que no es necesario legislar cuando está en riesgo la vida de la madre, porque los médicos actúan de hecho, mientras que en casos de violación o inviabilidad fetal defienden el acompañamiento de las futuras madres.
«Abortar no ha demostrado que es mejor para las mujeres, que eso les provoca menos sufrimiento. Se ha visto mayor estrés post traumático e intentos de suicido» en las que han abortado, dice a la AFP el médico Jorge Acosta, director del instituto Res-publica.
Oficialmente en Chile se registran unos 30.000 abortos provocados o espontáneos de acuerdo a los egresos hospitalarios. No hay certeza, sin embargo, del número que se realiza en la clandestinidad.
Una cruda realidad
La situación afecta también a mujeres como Natalia Ahumada, de 34 años y quien a las 20 semanas de embarazo se enteró que su ansiado bebé venía con una severa malformación. Su médico le dijo, no obstante, que tenía posibilidades de vida.
Pensó en abortar, pero tuvo miedo porque al estar penalizado las condiciones en que se realizan los abortos clandestinos son inseguras. «Me daba miedo morir», dice a la AFP.
Finalmente el bebé murió en su vientre 12 semanas después, cuando supo que nunca tuvo ninguna posibilidad de vida. Hoy reclama que los médicos alimentaran sus esperanzas y que debió cargar durante semanas con un tortuoso embarazo. Después tuvo que sepultar al bebé.
«No nos permiten a nosotras que somos las madres, las que damos vida, decidir si queremos o no traer a este mundo vida; si queremos o no tener hijos enfermos, si queremos estar ocho meses padeciendo o si queremos tener hijos de violaciones o incestos», alega, mientras recaba recursos para pagar las deudas que le dejó su tormentoso embarazo.

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