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Entre sospechas de espías, Arruabarrena esconde el equipo

Durante el entrenamiento, agentes de la seguridad privada del club desalojaron la tribuna para prensa porque intuían que un espía estaba pasando información para Núñez.

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En la víspera del Superclásico que definirá al finalista de la Copa Sudamericana el jueves en el estadio Monumental, la previa se calentó por esta acusación que partió desde La Boca, pero que no tuvo repercusión en River.

Nadie quiere dar ventajas, por eso, en la práctica matutina de Boca mandaron a desalojar la tribuna del predio Pedro Pompilio en plena sesión de entrenamiento, porque intuían que había un espía que estaban pasando información al cuerpo técnico del «Millonario».

Cerca de 60 personas, mayormente chicos y algunos adultos, se acercaron para observar la práctica de Boca, que era cerrada para los periodistas, algo muy común y más teniendo en cuenta que se viene un Superclásico de alto vuelo.

Allí, mientras el «Vasco» hacía trabajos tácticos y definía el equipo que jugará el jueves en el Monumental, llegó el dato de que un infiltrado estaba pasando información.

Pero Arruabarrena aún no confirmó la formación para jugar ante River en Núñez aunque recibió la buena noticia de que el delantero Andrés Chávez practicó en forma normal tras haber dejado atrás un problema muscular.

Dentro del grupo que mayores chances tienen de ser titular, entrenó Chávez, quien el lunes no lo había hecho debido a una contractura en el posterior derecho que lo tuvo a maltraer, pero ya está bien y será de la partida.

En el ensayo, Arruabarrena formó un equipo con Agustín Orión; Leandro Marín, Juan Forlín, Daniel «Cata» Díaz y Nicolás Colazo; Cristian Erbes, Marcelo Meli y Fernando Gago, y luego se sumaron Jonathan Calleri y más tarde Chávez.

Esa formación era atacada por Guillermo Burdisso, Luciano Acosta, Pablo Ledesma, Franco Cristaldo y Gonzalo Castellani con centros cruzados de un sector a otro y desbordes por los extremos.

En el medio del ensayo, ingresó Calleri como una suerte de pivot, luego Chávez y más tarde dejó su lugar a Emmanuel Gigliotti, mientras que José Pedro Fuenzalida y Federico Carrizo, los dos que se disputan un puesto, participaron de ejercicios tácticos junto con sus compañeros en Casa Amarilla.

En cuanto a la formación, el que mayores chances tiene de jugar es el chileno Fuenzalida, ya que a Carrizo no le gusta jugar por el sector derecho, el que ocupó en el partido de ida en La Boca el «Burrito» Juan Manuel Martínez, marginado el resto del año a raíz de un artero golpe de Leonel Vangioni.

Si bien al cuerpo técnico «xeneize» le gusta el desempeño de Carrizo y quedó conforme con sus recientes actuaciones ante Arsenal e Independiente, el exjugador de Rosario Central no se siente a gusto por ese sector, ya que prefiere la banda izquierda.

Los nervios previos al Superclásico en el que uno de los dos rivales quedará en el camino se reflejaron en algunos gestos: sobre el final Arruabarrena juntó a los tres delanteros de punta, Calleri, Gigliotti y Chávez a presionar la salida del equipo rival, ejercicio del que también participaron Fuenzalida y Carrizo.

La sesión de entrenamiento de Boca fue presenciada por chicos del club Santamarina de Tandil, especialmente invitados por Arruabarrena.

Además de los posibles titulares, la lista de concentrados se completó con Emanuel Trípodi, Gigliotti, Claudio «Chiqui» Pérez, Emanuel Insúa, Andrés Cubas, Gonzalo Castellani y Luciano Acosta.

El plantel «xeneize» quedó concentrado en el hotel Intercontinental y desde el miércoles pasará al Madero Hotel.

Boca volverá a entrenar el miércoles desde las 9 en el predio de Casa Amarilla.

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