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Identificaron al paciente cero del actual brote de ébola

Se trata de un niño de dos años que falleció el 6 de diciembre. Su hermana y su madre también murieron a causa del mismo virus.

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En un estudio para la publicación New England Journal of Medicine, un equipo de expertos encontró el foco del Ébola en el pueblo de Guéckédou, en el sureste de Guinea, tras revisar documentos hospitalarios y hablar con los afectados.

El «paciente cero», al que le encantaba escuchar la radio y jugar a la pelota, falleció el pasado 6 de diciembre a los 2 años, según contó su padre, Etienne Ouamouno, citado por Daily Maverick.

El estudio publicado por The New England Journal of Medicine trazó la ruta del ébola hasta dar con el paciente cero.

A través de muestras de sangre de 20 pacientes, los investigadores -todos expertos en fiebres hemorrágicas- han llegado a la conclusión de que el primer infectado fue un niño de dos años que vivía en Guéckédou, una ciudad al sudeste de Guinea-Conakry muy cercana a la frontera con Sierra Leona y Liberia, lo que explicaría el rápido salto que el virus dio a otros países.

El pequeño murió el pasado seis de diciembre, mucho antes de que se tuvieran noticias oficiales de la que ya se considera la peor epidemia de ébola de la historia. Una semana después, murió también su madre, después su hermana de tres años y más tarde su abuela. Todos ellos habían sufrido vómitos, fiebre y diarrea, pero ninguno supo nunca cómo se llamaba la enfermedad que les estaba matando.

A día de hoy, nadie sabe realmente cómo este niño se infectó. Una de las opciones que se barajan es que comiera fruta contaminada (los murciélagos de la fruta son portadores del virus) o que tuviera contacto con alguna aguja infectada.

Tras matar a cuatro miembros de la misma familia, la ruta del ébola salió de esta casa en el funeral de la abuela, cuando dos de los asistentes volvieron a casa, sin saberlo, siendo ya portadores del virus. Lo mismo le pasó a un trabajador sanitario que también asistió al sepelio, que más tarde murió, al igual que el médico que lo trató. Todos ellos fueron infectando a otras personas de otras ciudades.

Cuando finalmente se dio la voz de alarma y se reconoció un nuevo brote de ébola, ya habían muerto decenas de personas en ocho comunidades de Guinea, y había casos sospechosos en Liberia y Sierra Leona. Ya el 31 de marzo, Médicos Sin Fronteras alertó de que este era un brote «sin precedentes», y advirtió de que controlarlo iba a ser realmente difícil.

Incluso, el contagio entre personal y pacientes no debería haber supuesto un gran problema si estos hubieran estado debidamente equipados y protegidos. Pero esto no siempre ha sido así. Los guantes que escasean en los hospitales se han vendido en las calles de Guinea a un precio astronómico para los locales (50 céntimos en una zona donde la gente vive con menos de un dólar diario).

El doctor Sheik Umar Khan, médico en un hospital gubernamental en Kenema (Sierra Leona), escribió a principios de junio a unos amigos y antiguos compañeros de Universidad en Estados Unidos, pidiéndoles ayuda desesperadamente. Les pidió cloro para desinfectar, guantes, gafas, trajes de protección, y sueros para combatir la deshidratación de los pacientes. Antes de que sus colegas pudieran enviarle los suministros, el doctor Khan contrajo el ébola y finalmente acabó falleciendo el pasado 29 de julio.

Fuente: www.elmundo.es

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