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Los argentinos son los mayores consumidores de gaseosa del mundo

Una botella de 600 mililitros equivale a 13 cucharaditas de azúcar, lo que excede los 50 gramos máximos recomendados por la OMS.

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Los argentinos son los que más gaseosas toman en el mundo. En el último año  tomaron un promedio de 137 litros de gaseosas per cápita y lideraron el consumo mundial de este tipo de bebidas, seguidos por chilenos, mexicanos y recién en cuarto lugar los estadounidenses, según un informe revelado por la consultora Euromonitor Internacional.

Pero este hábito tiene su contracara, ya que una botella de gaseosa de 600 mililitros contiene el equivalente a 13 cucharaditas de azúcar, cantidad que actúa como un factor de riesgo para la salud si se tiene en cuenta que excede largamente los 50 gramos diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así lo indicó una investigación difundida ayer por la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC) en el marco del Día Mundial de la Alimentación que se conmemora el 16 de octubre. Estudios científicos demostraron que el consumo excesivo de azúcar agregado incrementa el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, por lo que la FIC realizó un estudio donde analizó 184 bebidas azucaradas que se comercializan en el país, entre ellas gaseosas, aguas saborizadas y bebidas para deportistas.

La recomendación actual de la OMS indica que el consumo de azúcar agregada debe representar menos del 10 por ciento del total de energía consumida en un día por una persona, lo que equivale a 50 gramos de azúcar por día (10 cucharaditas) para una dieta promedio de 2.000 calorías. La indicación abarca solamente el azúcar agregado o libre, es decir, el azúcar añadido a los alimentos y bebidas durante su preparación, tanto en la fabricación como en el hogar y excluye a los azúcares presentes naturalmente en los alimentos, como es el caso de las frutas.

El relevamiento realizado por la FIC Argentina demostró que las gaseosas lideran la lista con 21,9 gramos de azúcar en promedio cada 200 ml (equivalente a un vaso). Otras categorías relevantes son las bebidas deportivas que contienen 12 gramos en promedio y las aguas saborizadas que, a pesar de estar ubicadas en el último escalón, presentan un elevado nivel de azúcar agregado (9,6 gramos).

«El consumo excesivo y reiterado de bebidas azucaradas tiene un impacto negativo sobre la salud, porque se trata de productos que aportan calorías vacías al organismo, es decir, brindan sensación de saciedad sin aportar nutrientes, lo cual provoca una reducción en la ingesta de otros alimentos y bebidas con mayor contenido de nutrientes, como jugos naturales y verduras, que deberían estar presentes en la dieta regular», afirmó a Télam Lorena Allemandi, directora del área de políticas de la alimentación saludable de FIC Argentina.

«Las gaseosas, agregó, son alimentos de bajo valor nutricional, que aportan enormes e innecesarias cantidades de azúcar a la dieta». «Argentina está entre los primeros puestos de consumo de gaseosas en el mundo, situación que contribuye a empeorar la epidemia de obesidad en niños y adultos que se observa en nuestro país», advirtió Allemandi, quien se mostró partidaria de «limitar la publicidad de alimentos no saludables». «Es necesario promover a través de campañas públicas el consumo de agua y alimentos naturales como frutas y verduras», dijo la especialista, que además reseñó la conveniencia de «desalentar a través de una política impositiva el consumo de alimentos y bebidas no saludables».

Allemandi propuso la instalación de bebederos en las escuelas, como forma de promover el consumo de agua potable de red en lugar de la venta de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. Recordó que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aprobó recientemente el Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en la Niñez y Adolescencia, «que tiene como objetivo detener el aumento acelerado de la epidemia de obesidad a través de un paquete de políticas públicas». «En línea con lo que propone el plan recientemente aprobado es necesario promover políticas públicas que reduzcan el consumo de bebidas azucaradas y otras fuentes de azúcar agregada, y garanticen el acceso al agua potable y gratuita, para reducir el dramático impacto que el azúcar genera en los índices de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón», afirmó Allemandi.

La especialista recordó los resultados de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada en 2013, que concluyó que el 57,9 por ciento de la población adulta «tiene exceso de peso y en los últimos años, el sobrepeso y la obesidad aumentaron considerablemente en toda la población, incluyendo los niños y adolescentes, especialmente en los sectores sociales de menor nivel socio-económico».

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