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Un pueblo cordobés se iluminó con LED y se vuelve más sustentable

En Tío Pujio cambiaron todo el alumbrado público. De noche se ve mucho más y bajó el consumo 58 por ciento. Las nuevas luces reducen el impacto ambiental y atraen menos insectos.

LED_Tio Pujio

Afirman con orgullo que son una de las primeras localidades de Sudamérica en colocar cien por ciento de luminarias LED en la vía pública y que en la provincia no hay otra igual. En poco más de un año, Tío Pujio cambió su noche amarillenta y en penumbras, por otra más blanca y brillante. Y gastando menos energía.

En este pueblo, cercano a Villa María y a 133 kilómetros al sudeste de Córdoba Capital, se erradicaron las viejas lámparas de sodio para instalar 1.370 columnas con luminarias LED. El resultado que muestran no sólo es una mejor iluminación en todo el pueblo, sino que lograron reducir el consumo anual en un 58 por ciento, generando también menor impacto ambiental.

Las primeras columnas se situaron sobre la ruta nacional 9 y luego se expandieron hasta en calles en las que no hay casas y en caminos rurales, como el que va a una fábrica de balanceado.

Pablo Moreyra, vocero de la Cooperativa de Energía Eléctrica de Tío Pujio, señaló que la inversión total fue de nueve millones de pesos, una cifra difícil de asumir para un municipio de 4.500 habitantes. En este caso, la cooperativa tiene concesionado desde 2000 el alumbrado público y con el cobro de esa tasa financió esta inversión que esperan recuperar en cinco años. “La UTN de Villa María evaluó y sugirió este tipo de lámparas, luego de probar distintas opciones. De cuatro empresas, se seleccionó una que no era la más barata, pero tiene otras ventajas”, explicó Moreyra.

Con 1.342 luces colocadas se hizo una comparación entre el consumo de las equivalentes de sodio. A un promedio de 10 horas diarias de funcionamiento durante un año, las viejas lámparas requerían 1.082.809 kW, mientras que las nuevas luminarias consumían 447.887 kW.

Entre otros aspectos positivos, el sistema requiere menos mantenimiento, ya que los artefactos tienen una vida útil 10 veces mayor. Al generar menos temperatura, en verano no son tan atractivas para insectos y en el pueblo aseguran que reflejan con más fidelidad los colores de los objetos. “No sé cómo hacíamos para ver antes”, ironiza Moreyra.

En el paisaje nocturno que va de pueblo en pueblo, puede adivinarse la cercanía de una localidad por la aureola de luces que asoma en el horizonte. Con la tecnología LED, esa polución se reduce, dejando ver mejor el cielo y reduciendo la pérdida de energía hacia donde no se utiliza.

“Nos sentimos sumamente satisfechos por haber incursionado en el futuro de la luminaria del mundo”, finaliza una carta que le enviaron al ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la Provincia desde la cooperativa de Tío Pujio, sin disimular el orgullo de mostrar un pueblo que de noche se ve mucho mejor.

(Fuente: La Voz)

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