Lejos del clásico que se formó en 2009, cuando Huracán perdió el campeonato con Vélez, los equipos volvieron a verse las caras en el Tomás Adolfo Ducó con una realidad opuesta a la vivida por esos años. Sin protagonismo en el torneo doméstico, y con la escasa suma de 25 puntos, el «Globo» y el «Fortín» abrieron la jornada del domingo en Parque Patricios.
En 60 segundos, el conjunto de Miguel Ángel Russo demostró que quería volver a enmudecer al «Palacio«, ya que una intervención de Nicolás Delgadillo hizo lucir a Marcos Díaz, quien logró evitar la sorpresa con la ayuda del palo. En los primeros movimientos, la individualidad del juvenil estuvo cerca de abrir el marcador.
Las respuestas de los quemeros se basaron en la potencia de Ramón Ábila, la buena pegada de Patricio Toranzo en la pelota parada y las proyecciones de sus laterales. Así, José San Román estrelló un remate en el travesaño para que el sonido metálico paralice a Alan Aguerre. Antes de que se vayan al descuento, los de Eduardo Domínguez lograron emparejar el pleito.
En el complemento los dueños de casa salieron con otra actitud y un disparo de Cristian Espinoza, que se fue a centímetros del ángulo izquierdo, representó una nueva amenaza. Además, una tijera hermosa de «Wanchope» también puso en jaque al capitán de Vélez, quien despejó el violento intento con un guantazo al córner. En el desenlace, Huracán merecía llevarse la victoria.
Sin embargo, en la última escena, una magnifica maniobra de Agustín Doffo le dio la posibilidad a Emiliano Amor de convertir el agónico tanto, pero el experimentado arquero con pasado en Colón evitó la caída. En el contragolpe, Ábila volvió a crearse una chance para llegar a la red, pero la falta de precisión le jugó una mala pasada. El empate no conformó a nadie y la repartición de puntos no aportará absolutamente nada en el futuro de los participantes. El cero calificará el estado de ánimo de los hinchas.
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