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Gimnasia se aferró a un triunfo sufrido ante Racing y avanza en la Copa Argentina

En un campo de juego muy complicado por la lluvia, le ganó 1-0 con gol de Imperiale, tras un error de Orion. La Academia hizo méritos para llegar al empate pero chocó contra el arquero Martín Arias, y se quedó sin chances de ingresar a la Libertadores. En cuartos, el Lobo enfrentará a San Lorenzo.

Por los arqueros ganó Gimnasia. Porque el suyo fue la gran figura de la noche y porque Agustín Orion, el de Racing, falló en un centro y, complicado por el estado del campo de juego, le dejó el gol servido a Daniel Imperiale. El del 1-0. El del pasaje a los cuartos de final de la Copa Argentina donde lo espera San Lorenzo. El resto fue todo de Alexis Martín Arias, el encargado de blindar el arco del Lobo y el héroe de una noche en la que la Academia se acordó tarde de ir en busca del resultado, se fue con las manos vacías y perdió su última chance de aspirar a jugar la Copa Libertadores.

Por los octavos de final de la Copa Argentina, y luego de la interna de la barra de Racing que postergó el encuentro que se iba a disputar en Mar del Plata, la Academia y Gimnasia chocaron en la cancha de Lanús. Con la lluvia como condimento extra para un partido de por sí interesante.

El trámite fue muy parejo en el inicio. El campo de juego, difícil para ambos, los igualó. Y Gimnasia aprovechó mejor ese escenario, con pierna fuerte y juego friccionado en el mediocampo.

Racing, en cambio, sólo lograba lucidez cuando la pelota pasaba por Lisandro López, que jugó su partido 100 con la camiseta celeste y blanca. En un primer tiempo con pocas luces, las más claras fueron para los de Gustavo Alfaro.

A los 14 minutos, Franco Niell entró por el costado derecho del área y definió con clase por encima de la salida de Agustín Orion. La pelota tenía destino de red, pero Iván Pillud, con un cierre fenomenal de chilena, logró sacarla en la línea.

Y más tarde se lució Orion con una doble atajada. Primero logró tapar un remate desde afuera de Imperiale y en el rebote atoró muy bien a Niell.

¿Racing? Solo las aproximaciones de Lisandro, que tuvo sobre el final de la primera mitad una chance, con un disparo de zurda que salió ancho.

La supremacía del Lobo se reflejó en el resultado en el arranque del segundo tiempo. Y la cancha, como era previsible, también hizo lo suyo. El centro de Lucas Licht cerrado desde la derecha cayó en el área chica de Orion, que no pudo controlarlo, y la pelota le quedó servida a Imperiale, que la empujó al gol.

El 1-0 despertó a Racing, que ahora estaba obligado y se decidió a ir a buscarlo.

Desde ese momento, todo pasó cerca del arquero de Gimnasia Martín Arias, la gran figura. Voló y sacó del ángulo izquierdo un bombazo del paraguayo Oscar Romero que se clavaba arriba, más tarde le sacó un cabezazo a Nico Sánchez, y luego un remate de media vuelta de Bou. Por si fuera poco, también tuvo suerte en un córner que alcanzó a puntear Sergio Vittor en el corazón del área y la pelota besó el poste. Y en la única que falló lo salvó Oreja en la línea.

Racing fue otro en el segundo tiempo e hizo méritos para llegar al empate. En cambio Gimnasia optó por refugiarse mucho tiempo antes de lo recomendado y dependió más de la fortuna -y de su arquero- que de su potencial defensivo. De contra, el Lobo tuvo una chance tan aislada como clara para liquidar el partido: Vegetti desbordó por derecha y sacó el centro cruzado para el ingreso de Ibáñez, que entró solito, con el arco libre, y estrelló la pelota contra el travesaño.

Lo aguantó como pudo Gimnasia. Con un bloque defensivo de ocho, nueve o diez hombres dentro del área. Con una actuación extraordinaria de su arquero. Se aferró a ese gol, a esa pelota que Orino no pudo atesorar y el Lobo la convirtió en pasaje a cuartos de final de la Copa Argentina, donde se verá las caras con San Lorenzo.

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